¿La conciencia surge antes del nacimiento? Una reciente investigación sugiere que alguna forma de experiencia consciente puede estar presente en el momento del nacimiento del bebé, e incluso al final del embarazo.
¿Qué piensan o sueñan los bebés antes de nacer? ¿Llegaban al mundo como una tabula rasa, como sugirió el filósofo del siglo XVII John Locke, a la espera de que el mundo de los adultos moldeara su conciencia? ¿O ya eran conscientes antes de nacer? Aunque no es fácil saberlo -los bebés no pueden explicárnoslo exactamente-, los científicos han propuesto una nueva forma de abordar la cuestión.
En un artículo publicado el pasado mes de octubre en la revista Acta Paediatrica, el doctor Timothy Bayne, profesor de Filosofía en la Monash University de Australia, y su colega Joel Frohlich sugieren que los investigadores podrían buscar cuatro patrones y comportamientos cerebrales clave que indican la conciencia en los adultos. Si los mismos marcadores aparecen en los bebés, razonan, podría significar que los bebés también poseen conciencia básica antes de entrar en la existencia.
¿Cuáles son esos marcadores?
El primer marcador tiene que ver con conexiones cerebrales profundas denominadas red de modo por defecto, un sistema vinculado a la autoconciencia y el pensamiento interno en los adultos. Los científicos han hallado rastros de una red rudimentaria de modo por defecto en los recién nacidos, que empieza a formar conexiones con regiones cerebrales relacionadas con la atención poco después de nacer.
El segundo marcador es la propia atención. El procesamiento consciente suele requerir concentración, y una forma de comprobarlo es mediante el llamado efecto de parpadeo atencional, o retraso en la percepción de un segundo estímulo cuando aparecen dos en rápida sucesión. Los adultos y los niños mayores experimentan este efecto, y los bebés de tan sólo cinco meses muestran un parpadeo atencional mucho más prolongado, lo que sugiere que la consciencia está aún en desarrollo, pero presente.
El tercer marcador es la integración multisensorial, es decir, el modo en que el cerebro combina la información procedente de la vista, el oído y el tacto. Una forma muy conocida de comprobarlo es mediante el efecto McGurk, en el que oír un sonido mientras se ve otro produce una percepción auditiva fusionada, creando básicamente una percepción completamente nueva. Los adultos experimentan conscientemente esta ilusión, y las investigaciones sugieren que los bebés de tan sólo cuatro o cinco meses no son inmunes a ella.
El último marcador se conoce como efecto local-global y consiste en la respuesta del cerebro a patrones inesperados. Cuando los adultos perciben un estímulo sorprendente, su cerebro produce la onda P300, una respuesta cerebral reveladora del reconocimiento consciente del acontecimiento. Esta respuesta de tipo P300 se ha observado en recién nacidos e incluso en fetos de tan sólo 35 semanas, lo que la convierte en uno de los primeros indicios de consciencia.
Entonces, ¿significan estas pruebas que los bebés experimentan la conciencia en el útero? Bayne pide cautela.
Bayne dijo:
“No creo que sea especialmente sólida. Yo diría que es sugestivo, pero nada más”.
Los hallazgos de la investigación titulada “Markers of consciousness in infants: Towards a ‘cluster-based’ approach” han sido publicados en la revista Acta Paediatrica.
[FT: PM]
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