Si tenemos en cuenta que la Vía Láctea tiene un radio de 100.000 años luz (1 año luz es de 9,5 trillones de kilómetros), y se estima que hay entre 100 y 200 mil millones de galaxias en el Universo, podemos deducir que estamos viviendo en un lugar gigantesco.

Si lo que podemos ver es solo una fracción de lo que realmente esta allí, entonces ¿qué pasa si nuestro universo es sólo uno de muchos, y todos ellos están rebotando el uno con el otro como canicas abrumadoramente gigantescas, cada una con sus propias y extrañas leyes de la física?

Bienvenido al multiverso, donde nuestro universo podría ser sólo uno de los números infinitos universos que fueron generados por el Big Bang.

Esto se conoce como la hipótesis de inflación eterna en la que cada una de estas burbujas en el espacio representan universos totalmente diferentes, totalmente separados del nuestro.

Y aquí es donde las cosas se ponen realmente interesantes, porque no sabemos si estos universos hipotéticos siguen las mismas leyes de la física o las constantes fundamentales que hacen de nuestro Universo lo que es hoy.

Entonces… ¿en que se parecerían nuestro universo y los demás?

Bueno, la mala noticia es que no podrían existir muchas similitudes para la mayoría de estos universos, porque todo lo que se necesita es un pequeño «pellizco» para el tejido de nuestra existencia se desmorone.

Como Fraser Caín de Universe Today explica, «Para cada una de estas constantes básicas, es como si las leyes de la física jugaran al azar con los dados. Tal vez en otro universo, la fuerza de la gravedad sea repulsiva, o verde o aparezcan unicornios».

¿Qué pasa si las fuerzas entre las partículas son demasiado débiles, y los átomos que componen toda la materia en el universo nunca tuvieron la oportunidad de formar otros cuerpos?

Pero si estamos considerando que podría haber infinitos universos paralelos por ahí, entonces tal vez tenemos una situación de mono-máquina de escribir en nuestras manos, lo que significa que, estadísticamente hablando, podría haber un universo donde el tiempo fluye hacia atrás, o un universo que contiene a otro, pero nunca tan ligeramente sesgado.

Todo esto puede sonar frustrante y abstracto, pero en realidad podría ser posible detectar universos paralelos, y además, es posible que otros universos hayan tropezado con el nuestro, dejando atrás «contusiones» en el fondo de microondas cósmico – el tenue resplandor del Big Bang.