Según informaciones, un equipo de investigadores de la Universidad RMIT en Melbourne, Australia, ha realizado un descubrimiento de «una vez en una década» que cambiará radicalmente la forma en que hacemos la química.

¿El descubrimiento? La creación de materiales bidimensionales no más gruesos que algunos átomos, algo que nunca antes se había visto en la naturaleza.

La investigación que condujo a este hallazgo increíble fue dirigida por Kourosh Kalantar-Zadeh y Torben Daeneke de la Escuela de Ingeniería de RMIT. Junto a sus alumnos, trabajaron en el desarrollo del material durante más de un año.

«Cuando se escribe con un lápiz, el grafito deja escamas muy finas llamadas grafeno, que pueden extraerse fácilmente porque son estructuras estratificadas de origen natural», explica Daeneke.

«Pero, ¿qué sucede si estos materiales no existen de forma natural? Aquí encontramos un método extraordinario, pero muy simple para crear escamas de materiales atómicamente delgados que no existen naturalmente como estructuras estratificadas».

Para crear el material 2D, el equipo disolvió los metales en metal líquido para crear capas de óxido muy delgadas capaces de ser despegadas.

Daeneke explica que el proceso para crear la capa de óxido es muy simple, como «espuma de leche al hacer un capuchino». No requiere mucha experiencia técnica, por lo que cualquier persona podría, teóricamente, hacerlo; dicho esto, no está claro si realmente debería hacerlo.

Electrónica mejorada

Si bien se espera que el nuevo material sea una nueva herramienta en química, también promete mejorar nuestra electrónica actual. De hecho, se cree que podría mejorar las capacidades de almacenamiento de datos y hacer que la electrónica sea más rápida.

Verá, una vez que las capas de óxido se despegan, podrían usarse como componentes de transistores en la electrónica moderna para hacerlas más rápidas mientras requieren menos energía; esto solo es posible debido a lo delgados que son.

Las capas de óxido también se utilizan para crear pantallas táctiles con las que nos hemos familiarizado íntimamente, lo que sugiere que las empresas podrían usar este material para crear pantallas táctiles más receptivas, o incluso las personas podrían eventualmente aprender a hacer sus propias pantallas.

«Predecimos que la tecnología desarrollada se aplica a aproximadamente un tercio de la tabla periódica», dijo el profesor Kalantar-Zadeh.

«Muchos de estos óxidos atómicamente delgados son materiales semiconductores o dieléctricos. Los componentes semiconductores y dieléctricos son la base de los dispositivos electrónicos y ópticos de hoy en día. Se espera que trabajar con componentes atómicamente delgados conduzca a una electrónica mejor y más eficiente. Esta capacidad tecnológica nunca ha sido accesible antes».

El equipo no especificó exactamente cómo su material 2D podría afectar el almacenamiento de datos, pero podemos especular que podría hacer que la transferencia de datos sea más rápida que nunca.

La última serie de tarjetas SD de Sony se promociona como «la más rápida del mundo» y posee impresionantes velocidades de 300 MB/s. ¿Qué pasa si se pueden dar capacidades similares a discos duros comercializados o se pueden usarlo para mejorar el almacenamiento en la nube?

Por supuesto, si la investigación del equipo RMIT University es similar a la de los semiconductores de bajo consumo que los ingenieros de Stanford estaban desarrollando en agosto, o el material unidimensional propuesto el año pasado por los científicos de la Universidad de Texas, pasará algún tiempo antes de que veamos el material 2D incorporado en el hardware de uso diario.

Tal vez incluso más rápido de lo esperado, ya que incluso el equipo no mencionó cuándo su investigación podría estar disponible para ser utilizada. Los descubrimientos de una vez en una década requieren un amplio trabajo posterior al descubrimiento y una confirmación adicional antes de que puedan cambiar el mundo.