Finalmente, astrónomos han logrado encontrar evidencias de la anterior suposición que planteaba que cuanto mayor sea el agujero negro central de una galaxia, más rápida ocurrirá la formación de las estrellas en los alrededores.
Según comunicó la coautora Jean Brodie, astrónomo de la Universidad de California en Santa Cruz, en un comunicado: «Esta es la primera evidencia observacional directa donde podemos ver el efecto del agujero negro en la historia de formación estelar de la galaxia».
Este novedoso estudio se basa en una encuesta de edades estelares. Es complicad determinar la edad de las estrellas, sin embargo los científicos pueden medir sus edades en función de cómo se ve su huella dactilar. Los investigadores compararon las edades obtenidas con el tamaño del gigantesco agujero negro en el centro de las galaxias.
Esencialmente, lo que el nuevo artículo encuentra es una correlación entre esas dos características en cualquier galaxia dada. Mientras más jóvenes sean las estrellas, menor será el agujero negro.
Eso encaja con lo que los científicos saben sobre los agujeros negros, que absorben gas, liberan energía, y expulsan el gas que de otro modo terminaría formando estrellas. «Como resultado, el agujero negro se alimenta generosamente sólo por un corto período de tiempo», dijo Avi Loeb, astrónomo de la Universidad de Harvard, que no participó en el nuevo estudio.
Con este nuevo estudio, los científicos han podido obtener la firma de ese período de tiempo en las edades de las estrellas alrededor del agujero negro. De acuerdo a Loeb: «Los agujeros negros crecientes se comportan como bebés que se vuelven demasiado enérgicos y arrojan su comida fuera de la mesa una vez que comen lo suficiente». Sin embargo, ahora los científicos han podido confirmar que esos comportamiento no son solo intrigantes, sino que ayudan a dar forma a las características de una galaxia.
Esta sin duda es una buena noticia para los astrónomos, debido a que anteriormente ningún otro modelo logró producir galaxias de forma confiable. Seg[un dijo Loeb: «Nuestra propia galaxia es una de ellas. Si queremos entender nuestros orígenes, tenemos que estudiar los agujeros negros.»
El estudio científico ha sido publicado en la revista Nature.
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