Un equipo de arqueólogos han descubierto una tumba de piedra de 5.400 años de antigüedad junto a una prominente montaña solitaria en el sur de España, lo que indica que era un foco local para los pueblos prehistóricos de la región. El antiguo monumento, perfectamente alineado, capta el solsticio de verano.

La zona, en el campo cerca de la ciudad de Antequera, es famosa por sus megalitos -monumentos prehistóricos hechos con grandes piedras- y la tumba recién encontrada parece resolver uno de los misterios de su alineación.

Los arqueólogos encontraron restos humanos en la tumba de varios entierros diferentes, retenidos allí en tres fases principales durante más de 1.000 años. Crédito de imagen: ATLAS research group, Universidad de Sevilla

El sepulcro fue diseñado para canalizar la luz del Sol naciente de verano hacia una cámara interior, muy similar a la tumba megalítica contemporánea construida a más de 1.600 kilómetros de distancia, en Newgrange (Irlanda), lo que sugiere que ambos lugares compartían creencias similares sobre la vida después de la muerte hace más de 5.000 años.

Leonardo García Sanjuán, arqueólogo de la Universidad de Sevilla, dijo en un comunicado:

“Newgrange es mucho más grande y compleja que la tumba que hemos descubierto [en España], pero tienen algo en común: el interés de los constructores por utilizar la luz solar en una época concreta del año, para producir un efecto simbólico -posiblemente mágico-“.

Según un estudio de García Sanjuán y sus colegas publicado el 14 de abril en la revista Antiquity, el lecho rocoso del yacimiento está inclinado con respecto a la posición de la salida del sol en el solsticio de verano, por lo que los constructores construyeron deliberadamente una cavidad para admitir su luz.

García Sanjuán dijo:

“Trabajaron muy inteligentemente para hacer una disposición de piedras, que estaban grabadas y posiblemente pintadas. Eran cosas sagradas colocadas de forma que la salida del Sol en el solsticio [de verano] entrara directamente en el fondo de la cámara”.

Tumba megalítica

La tumba se encontró al lado de la montaña prominente conocida como La Peña de los Enamorados, la Roca de los Enamorados, porque las leyendas dicen que dos amantes desafortunados una vez se suicidaron saltando desde allí. Crédito de imagen: ATLAS research group, Universidad de Sevilla

El nuevo estudio describe las excavaciones realizadas por García Sanjuán y su equipo junto a una prominente montaña de piedra caliza conocida como La Peña de los Enamorados, llamada así por una leyenda que dice que dos amantes con las estrellas cruzadas se suicidaron una vez saltando desde ella.

La montaña también es famosa porque parece el perfil de la cabeza de un gigante dormido, especialmente en momentos de poca luz como el amanecer y el atardecer.

García Sanjuán y sus colegas excavaron la tumba a finales de 2020 en la región del “cuello” de la montaña, cerca del abrigo rocoso de Matacabras, adornado con pictografías que se cree que fueron pintadas hace unos 5.800 años. Creen que la tumba se construyó por primera vez unos cientos de años después de que se realizaran las pinturas rupestres, y que se utilizó para enterramientos durante más de 1.000 años.

Los arqueólogos han encontrado varios depósitos de restos humanos en la tumba recién descubierta, que datan de tres fases principales de su uso, así como piezas de cerámica.

Paisaje antiguo

La zona de Antequera es famosa por sus formaciones rocosas naturales como La Peña y los monumentos megalíticos de la región, que pueden haber estado influidos por la geografía local. El más famoso es el Dolmen de Menga, una de las mayores y más antiguas estructuras megalíticas de Europa, que se construyó entre el 3800 y el 3600 a. C.

Pero el pasaje de Menga no está alineado con la salida o la puesta del Sol del solsticio, como cabría esperar, sino que apunta hacia la Peña de los Enamorados, a unos 6.5 km al noreste. (Los otros dos megalitos de la región se construyeron más tarde y parecen apuntar a otro lugar).

La alineación sugiere que La Peña fue un foco importante para la población prehistórica local y resuelve el misterio de hacia dónde apuntaba Menga: hacia la ubicación tanto del arte rupestre como de la tumba recién encontrada en La Peña, mientras que la propia tumba de La Peña apuntaba hacia la salida del sol del solsticio, dijo García Sanjuán.

La cámara interior de la tumba recién descubierta está decorada con una piedra característica con marcas onduladas en su superficie, que se extrajo de una región que había sido playa o parte del lecho marino.

Un pasaje en la tumba está alineado con el Sol naciente el día del solsticio de verano. Se han visto alineaciones similares en tumbas megalíticas en otras partes de Europa. Crédito de imagen: ATLAS research group, Universidad de Sevilla

La piedra se colocó de modo que la luz del Sol naciente de mediados de verano incidiera sobre ella, y la parte de la cámara funeraria situada frente a ella parece haberse mantenido libre de restos humanos, explicó García Sanjuán.

García Sanjuán explicó:

“Esta gente eligió esta piedra precisamente porque creaba estas formas ondulantes. Esto era muy teatral… eran muy inteligentes a la hora de producir estos efectos visuales especiales”.

Señaló que se han encontrado estructuras megalíticas desde Marruecos hasta Suecia, y que las personas que las construyeron parecen haber tenido creencias similares.

García Sanjuán dijo:

“También hay diferencias, pero un elemento común es el Sol. El Sol estaba en el centro de la cosmovisión de este antiguo pueblo”.

Los hallazgos del estudio han sido publicados en la revista Antiquity.

[Fuente: livesci]

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