Mientras África y Eurasia chocan lentamente, los estruendos de la Tierra pintan un cuadro sismográfico de lo que una vez fue un trozo de la superficie de nuestro planeta que ahora yace al revés en las profundidades del Mediterráneo.
España es un país excepcionalmente propenso a sufrir terremotos raros y profundos, y un nuevo estudio sugiere que esta losa tectónica volcada podría tener algo que ver con ello.
Daoyuan Sun, de la University of Science and Technology of China, y Meghan Miller, de la Australian National University, dijo en un comunicado:
“Desde 1954 se han producido cinco grandes terremotos de foco profundo con profundidades superiores a 600 kilómetros bajo Granada”.
Los terremotos a tales profundidades suelen ir seguidos de importantes réplicas. Pero cuando Sun y Miller examinaron los datos sísmicos del terremoto de 2010 en España, no se observaron réplicas.
Placas tectónicas se deslizan una sobre otra
Cuando las placas tectónicas se empujan unas a otras, a menudo se desplazan de modo que una se desliza bajo la otra en un proceso denominado subducción. A veces, estas colisiones destruyen la parte de la placa que se hunde, levantando la corteza para crear montañas y entrelazando los destinos de las dos placas en uno solo.
Otras veces, las costras en lucha permanecen separadas pero apiladas, y una de ellas se hunde gradualmente hacia el manto terrestre. Esto es lo que ocurre en la frontera entre las placas africana y euroasiática, donde el fondo mediterráneo se hunde gradualmente bajo Europa.
Una placa subducida forma silicatos de magnesio hidratados en sus capas superiores cuando se exponen al agua del océano. A medida que la losa se hunde, estos silicatos se deshidratan y se vuelven más quebradizos, por lo que se vuelven más propensos a los terremotos y ralentizan las ondas sísmicas de un modo que puede ser detectado por los sismólogos.
Las ondas sísmicas durante el terremoto de Granada de 2010 duraron inusualmente mucho tiempo y tuvieron una fase de actividad extra tardía. Esto podría explicarse porque las ondas sísmicas se mueven más despacio en la parte inferior de la losa de Alborán que en la superior.
Sun explica:
“Una cantidad significativa de agua ha sido arrastrada hasta la zona de transición del manto, lo que indica una losa relativamente fría.
Teniendo en cuenta la edad relativamente joven del fondo marino en el Mediterráneo occidental, para que la losa se mantenga fría, la velocidad de subducción debe ser bastante rápida, como una velocidad moderada de unos 70 milímetros por año”.
Rápida velocidad de hundimiento
Al parecer, la rápida velocidad de hundimiento de la losa contribuyó a que esta parte de la corteza terrestre se volcara, llevándose consigo una bolsa de agua. Este proceso de retroceso de la losa se produce cuando la gravedad ayuda a empujar la losa hacia una rotación vertical descendente, como una caída en picado.
El nuevo estudio va un paso más allá al concluir que se ha volcado por completo, aterrizando con el lado de silicato hacia abajo de una forma que podría explicar la extraña complejidad de las estructuras tectónicas de la región y los ocasionales terremotos de más de 600 kilómetros de profundidad.
El equipo escribe:
“[Esto] confirma que la losa bajo las Béticas del sur de España es una litosfera oceánica subducida”.
Los hallazgos de la investigación han sido publicados en The Seismic Record.
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Crédito imagen de portada: depositphotos.com
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