Investigadores han logrado identificar una criatura marina de aspecto “alienígena” con organismos en forma de esperma en su “vientre” y pequeños “apéndices”, luego de que los biólogos vieran por primera vez una imagen de ella en 2018.
El diminuto nadador, capturado frente a las costas de Japón, dejó perplejos a los expertos, que no estaban seguros de si se trataba de un gusano, un molusco o un crustáceo.
Tras un análisis más profundo, los investigadores de la Universidad de Viena determinaron que el animal era una colonia de dos gusanos larvarios parásitos que nadaban como uno solo.
Se descubrió que los apéndices eran organismos individuales, apodados “marineros”, anclados a una mancha que transportaba más de 1.000 pasajeros.
Los dos parásitos creaban una presa nadadora que infectaba los intestinos de un huésped desprevenido.
Extraños especímenes
La colonia fue descubierta por el fotógrafo submarino japonés Ryo Minemizu, que avistó la criatura del tamaño de una mariquita a 165 metros bajo la superficie mientras nadaba frente a la costa del cabo de Kiyan, en Okinawa.
Minemizu publicó las imágenes en su cuenta de Instagram, despertando el interés de cientos de biólogos que no lograron identificarla correctamente.
Igor Adameyko, neurobiólogo del desarrollo de la Universidad Médica de Viena, se puso en contacto con Minemizu para pedirle una muestra y desveló el misterio.
Adameyko analizó el espécimen y determinó que los pasajeros y los marineros pertenecían a la familia de los digénidos Acanthocolpidae, probablemente del género Pleorchis.
Pleorchis es una especie de platelminto que suele infectar los intestinos.
El científico realizó una prueba de ADN que confirmó que los “marineros” y los “pasajeros” pertenecían a la misma especie.
“El cuerpo de los pasajeros es rechoncho con un engrosamiento en forma de collar en la parte anterior, mientras que el de los marineros es aplanado dorsoventralmente”, se lee en el estudio publicado en Current Biology.
“Al parecer, los pasajeros eran el agente infeccioso, y los marineros se limitaban a propulsarlos hasta un huésped”.
Adameyko descubrió que los marineros tenían distintos regímenes de actividad colectiva, ya que podían batir sus colas de forma sincronizada, provocando movimientos agregados de pulsación o salto. Esto creó la idea de que se trataba de un solo animal nadador.
Inicialmente pensaban que era una sola criatura
Los marineros transportan a los pasajeros por el agua en busca de un huésped adecuado, pero carecen de órganos de penetración y su destino es dudoso.
Los científicos han propuesto dos hipótesis sobre su destino:
“Se sacrifican para facilitar la transmisión de los pasajeros”, según el estudio. Este escenario implicaría una fuerte división del trabajo entre marineros y pasajeros.
“Otra opción es que los marineros continúen su vida en el pez que se ha comido a un agregado. Como los órganos de penetración están ausentes, las cercariae pueden ir directamente al sistema digestivo y convertirse en un gusano adulto sexual’.
Los hallazgos de la investigación han sido publicados en la revista Current BIology.
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