La historia del supuesto “Programa Espacial Secreto” es intricada y controvertida, por no decir que parece más bien algo sacado de una historia de ciencia ficción. Pero este mundillo de informantes secretos acaba de entrar en un duelo de demandas bastante interesante y esclarecedor.
Corey Goode
El principal protagonista de esta increíble historia es Corey Goode. Quien lleva años afirmando que fue reclutado por una élite secreta para formar parte del Programa Espacial Secreto desde muy joven. Y su relato tiene de todo: viajes a la Luna, a Marte y encuentros con razas extraterrestres, incluyendo los enigmáticos “Avianos Azules”, seres humanoides parecidos a aves de color celeste.
Pero aquí es donde empiezan las preguntas. ¿Realmente Corey Goode vivió todas estas experiencias o es solo un hábil cuentacuentos? La comunidad OVNI y muchos escépticos no tardaron en cuestionar su credibilidad y acusarlo de difundir desinformación.
Sin embargo, Goode encontró un sólido grupo de seguidores, atraídos por su espiritualidad y las teorías de la ascensión y el new age que mezclaba con su historia. Pronto, David Wilcock se convirtió en su aliado y su fama se disparó. De escribir en foros, pasó a ser ponente en conferencias y hasta presentar el programa “Cosmic Disclosure” en la plataforma de streaming “Gaia“.
Demanda
Pero la historia es un enredo. Corey Goode y Gaia, la plataforma que lo catapultó a la fama, entraron en una batalla legal por los derechos de su historia. Goode, tras dejar de trabajar con esta plataforma, demandó a Gaia, alegando que su relato tenía copyright y que no podían utilizarlo sin su consentimiento.
El escenario de esta intriga cósmica es un tribunal en Denver, Colorado. Corey Goode, el controvertido protagonista de esta saga, abandonó Gaia en 2018, pero en 2020 sorprendió al mundo con una demanda, alegando que la empresa había conspirado en su contra. Y como en toda buena historia, hay un giro inesperado: Gaia respondió con una contrademanda acusando a Goode de difamación.
Goode ha hecho del tema un auténtico laberinto de derechos de autor. Sostiene que elementos de su historia, como los enigmáticos “Blue Avians” y el controvertido “contrato 20 & Back”, están bajo su copyright. Pero… ¿Qué sentido tendría ponerle copyright a algo que afirma haber vivido?
¿Amenazas?
La trama se complica aún más con acusaciones de amenazas y desencuentros. Según Goode, un empleado de alto rango de Gaia le habría amenazado ¡con un arma! Con el objeto de obligarle a grabar 26 episodios en una semana. ¡Esa escena parece sacada de una película! Pero, ¿qué tan creíble es esta historia?
La historia también involucra a otro personaje, Jason Rice, que asegura haber vivido experiencias similares a las de Goode en el misterioso “Programa Espacial Secreto”. Y aunque parece una oportunidad para corroborar la historia de Goode, este no parece estar muy contento con la presencia de su “reemplazo” y ha enviado notificaciones para proteger su copyright.
Pero esto no es todo, Goode también ha sido acusado de no cumplir un compromiso económico con Gaia, al haber cobrado por adelantado para una conferencia que finalmente no dio.
Mientras tanto, Gaia asegura que Goode ha iniciado una campaña de desprestigio en su contra, incluso acusándolos de prácticas ocultas, siniestras y hasta… satánicas.
David Wilcock
¿Verdad o ficción? ¿Estafa o realidad? ¿Amenazas con pistolas o meras ilusiones?
Como ya sabemos, David Wilcock ha sido uno de los principales cómplices en la exposición de Corey Goode al mundo del misterio y la conspiración. El enredo se vuelve mayor cuando Wilcock también dimite de Gaia poco después de su compañero. En su carta de dimisión, que convenientemente se filtró en foros de internet especializados, Wilcock acusaba a un grupo que iba en su contra y hacía afirmaciones un tanto polémicas sobre el programa “Ancient Civilization”, al que tildaba de estar implicado en actividades “luciferinas”. ¿Por qué alguien redactaría este tipo de declaraciones en una carta de dimisión?
Gaia no se quedó de brazos cruzados y afirmó que el verdadero cerebro detrás de esta trama era Corey Goode, quien habría intentado vengarse acusando a los ejecutivos de la empresa de ser satanistas.
Declaración jurada
Resulta que, al inicio, Goode y su abogada pensaron que su declaración en la demanda sería confidencial, pero, para sorpresa de todos, algunos errores en el papeleo convirtieron esta confesión en algo público.
La declaración de Goode es una verdadera odisea de cinco horas y media, pero lo más reseñable es que confesó que inventó historias sobre el Programa Espacial Secreto, las razas de seres extraterrestres con los que decía comunicarse y encontrarse, el contrato por el que le habrían llevado a prestar servicio en dicho programa secreto y hasta la flota oscura. Comparó todo también con Star Wars y Star Trek.
Además, Goode nos regaló un épico video de “control de daños”, en el que decía que su declaración bajo juramento solo era para proteger su propiedad intelectual y evitar que lo tildaran de loco.
Culebrón espacial
Por supuesto, si algún lector cree en toda la historia que Goode afirma haber vivido, esta escritora no le dirá lo que debe o no creer. Cada uno tiene derecho a sus creencias y no juzgamos a nadie por ello. Pero sí, como buenos exploradores de lo desconocido, vamos a señalar algunas incongruencias que han surgido.
En este caso, Corey Goode, el protagonista de esta trama, ha despertado suspicacias al no proporcionar pruebas que respalden sus afirmaciones. Siempre hay una explicación convincente, como el temor a que, si revelara imágenes de los seres con los que supuestamente se comunica, la humanidad los adoraría como a dioses.
Y hablando de temas celestiales, las referencias religiosas en esta historia también son dignas de mención. Goode llega a compararse con una religión y sus seres contactados serían ángeles con otro nombre. Parece que ha surgido un movimiento casi religioso en torno a su persona, donde sus seguidores lo ven como una figura infalible. Cualquier duda o crítica hacia él es calificada como negatividad o baja vibración.
Claro que en este mundillo hay ganancias económicas tentadoras, con cursos, libros y conferencias que pueden generar grandes ingresos. La declaración de Goode menciona que solo con un curso ganó 700,000 dólares, y su compañero Wilcock habría acumulado entre 4 y 5 millones. ¡Un filón galáctico para algunos!
Ahora, ¿ha sido todo esto por dinero o protección de propiedad intelectual? Eso depende de en qué lado estén inclinados. Algunos creen que mintió en su declaración para evitar dudas sobre su salud mental, mientras que otros ven la posibilidad de que todo esto haya sido un lucrativo plan.
Dejando a un lado a Goode, el mundo de la ufología y la espiritualidad puede ser un terreno fértil para los embaucadores y fraudes. Aquí todos somos humanos y podemos cometer errores, por eso es importante no seguir ciegamente a autoproclamados gurús y comprender los riesgos que eso conlleva.
Nuestra compañera Sonia Gupta del canal AEnigma explora todo este controvertido caso en mayor detalle en el siguiente video:
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