El reconocido astrónomo de Harvard y Director del Proyecto Galileo, Avi Loeb, sigue brindando actualizaciones sobre su expedición a una zona del océano Atlántico en búsqueda del primer meteorito interestelar reconocido, denominado IM1 y que cayó en el año 2014.
Diario de un viaje interestelar: hallazgo de acero resistente a los golpes
En el sexto recorrido del trineo magnético por el lugar (en el fondo del océano) donde probablemente se estrelló el primer meteorito interestelar reconocido, el IM1, el equipo de investigación de la expedición recuperó fragmentos de hierro corroído. Al principio, pensamos que podría tratarse de hierro industrial común asociado a la basura oceánica de origen humano. Pero cuando Ryan Weed pasó la muestra de fragmentos por el analizador de fluorescencia de rayos X (XRF), la aleación más probable que marcó fue acero S5 con titanio, que también se conoce como acero resistente a los golpes.
El límite elástico del acero S5, 1.7 GPa, es muy superior al de los meteoritos de hierro. Esto concuerda con el hecho de que IM1 era más duro en cuanto a resistencia del material que todos los demás 272 meteoritos del catálogo CNEOS de NASA.
Posibles restos desprendidos de un “objeto” tecnológico
Y lo que es más importante, la forma de los fragmentos recuperados es casi plana, como si fueran capas superficiales desprendidas de un objeto tecnológico que experimentó una tensión material extrema. Los meteoritos de hierro se rompen en pequeños trozos que son fundidos por la bola de fuego en esférulas que llueven y se recuperan en campos esparcidos como fragmentos casi esféricos.
Es posible que la bola de fuego de IM1 fuera el resultado de la ruptura de las capas superficiales y que el núcleo del objeto sobreviviera a la entrada en la atmósfera, tal y como se espera de las naves espaciales. Resulta que el trineo magnético chocó con un objeto sólido en la sexta misión, pero la cámara del trineo no captó el encuentro porque se quedó sin pilas.
Hoy, Run 7 ha recuperado más fragmentos de hierro a lo largo de una trayectoria separada de la carrera 6 por unos pocos kilómetros. Esto indica que los fragmentos no están asociados a un único pecio, sino que constituyen más bien un amplio campo de escombros, lo que concuerda con un origen IM1.
Observamos dos tipos de fragmentos, que denominamos “rojo” y “gris” por su color, que a su vez refleja diferentes estados de óxido. Los análisis XRF preliminares indican que el tipo gris se parece al acero S5, con un 93% de hierro y un 0.8% de titanio en masa, mientras que el tipo rojo tiene un 99.3% de hierro y un 0.1% de titanio. Los fragmentos de tipo rojo están etiquetados por el XRF como cercanos al acero al carbono de la serie 1100 con un límite elástico de unos 200 MPa, sorprendentemente cercano a la presión de ariete a la que se desintegró el IM1.
¿Significa esta coincidencia que hemos recuperado fragmentos de IM1?
Y si es así, ¿por qué un objeto interestelar estaría hecho de acero a menos que se fabricara tecnológicamente? El origen tecnológico sería coherente con la forma plana de los fragmentos recuperados en los recorridos 6 y 7 del 18 y 19 de junio de 2023. La velocidad del IM1 fuera del sistema solar era superior a la de cualquier nave espacial fabricada por el hombre hasta el momento.
Actualmente estamos estudiando los fragmentos de tipo gris con nuestro espectrómetro de rayos gamma. La falta de isótopos radiactivos de vida corta, como el Aluminio-26, podría utilizarse para inferir un origen extraterrestre de estos fragmentos si pasaron mucho más tiempo que la vida media de estos isótopos en el espacio interestelar. Dada la velocidad conocida del IM1 fuera del sistema solar, es probable que su viaje a través de la Vía Láctea durara muchos millones o quizá miles de millones de años, sin dejar rastro de isótopos de vida corta. Por el contrario, cualquier basura arrojada al océano debería tener las abundancias bien conocidas de isótopos radiactivos raros en la Tierra.
El trineo ha sido lanzado esta tarde en la carrera 8. En los próximos días sabremos más. Es posible que lleguemos a la conclusión de que todos los fragmentos son de fabricación humana basándonos en los resultados del espectrómetro de rayos gamma y en el análisis posterior de los datos XRF. Como dijo Richard Feynman, el placer de hacer ciencia consiste en descubrir cosas.
Ojo al piojo:
El descubrimiento realizado por Avi Loeb es muy importante y podría ser la evidencia de la llegada de un objeto interestelar a la Tierra hace millones o miles de millones de años. De ser así, sería una posible nave espacial o una sonda no tripulada de alguna civilización alienígena muy antigua y avanzada.
Autor: Avi Loeb – Fuente: medium
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