Algunos lugares de nuestro planeta son tan asombrosos que se han hecho leyendas sobre ellos durante milenios. Según una de las leyendas, antes había en la Tierra una raza de gigantes. Puede resultar bastante extraño, pero hay muchas pruebas de que los gigantes no son sólo un bonito cuento de hadas, sino que habrían podido vivir realmente en la Tierra.
Curiosamente, según algunos científicos, el gigantismo en el pasado era característico no sólo de los seres vivos, sino también de las plantas, los insectos y las personas. La razón podría ser una composición diferente de la atmósfera del planeta, en la que un tamaño pequeño significaba una pequeña posibilidad de supervivencia.
Isla de la Columnas
Algunos de los edificios antiguos son tan majestuosos que las personas definitivamente no podrían construirlos, y hay rastros de tales edificios antiguos en muchos países. Enormes bloques de piedra que pesan varias toneladas, que la gente apenas podía levantar, porque no poseían las tecnologías de nuestro tiempo. Pero hay maravillas del mundo difíciles de comprender, y una de ellas es la “Isla de las Columnas“. O la naturaleza hizo hábilmente su trabajo, o los gigantes de la antigüedad pudieron construir este milagro, pero sobre todo en orden.
La Cueva de Fingal se encuentra en la isla escocesa de Staffa. La altura del antiguo templo es de unos 20 metros, y la anchura de sólo unos 14. Las personas que han caído en la cueva señalan que es como un antiguo templo construido con una tecnología asombrosa. A este lugar se le suele llamar la “Cueva de la Melodía”, porque en ella se oyen increíbles sonidos de la naturaleza, como si la sociedad filarmónica natural te invitara a su concierto gratuito.
Gruta de Fingal
El misterio reside en las columnas de basalto, que tienen un aspecto tan asombroso que empiezas a dudar de la formación natural de estas columnas, ¿quizás por eso aparecieron leyendas sobre gigantes, que la gente no cree que las columnas pudieran haber aparecido de forma natural? Pero volvamos a la leyenda, en la que se nos habla del asombroso gigante Fingal, que se acuesta a descansar antes de su próximo combate. Hasta ese momento, había erigido un rey único entre Irlanda y Escocia, en el que había miles de columnas de este tipo.
El rival del gigante llegó a un duelo a la cueva, y fue recibido por la esposa de Fingal, que señaló a su marido envuelto en mantas y dijo que este era su bebé. Las palabras de la mujer del gigante asustaron tanto al otro gigante que se imaginó a su rival, cuya estatura podía superar varias veces la suya. Entonces decidió escapar del lugar de la batalla, destruyendo la presa que tenía detrás para que Fingal no lo alcanzara.
La Cueva de Fingal adquirió fama después de que el famoso científico Joseph Banks visitara la pequeña isla en el siglo XVII. Tras sus elogiosas críticas, este lugar fue visitado por muchos famosos, y Felix Mendelssohn incluso dedicó su obertura a la insólita gruta musical.
No existe una conexión directa entre este fragmento de tierra y Escocia. Primero, los turistas toman un ferry hasta la isla de Mull, y desde allí siguen en barco hasta la isla de Staffa.
Aquí se cuenta un hermoso cuento de hadas en el que la esposa de un gigante no dejaba luchar astutamente a su marido. ¿Es tan solo una leyenda, o es algo que realmente ocurrió y se ha transmitido de generación en generación?
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