Una nueva especie de tardígrado “indestructible” ha sido descubierto. Tiene las garras más pequeñas que le ayudan a arrastrarse por los diminutos granos de arena. Fue encontrado en las dunas de Finlandia.
Los expertos la bautizaron en honor a la triste historia de “Nagini” en Harry Potter, que se transformó en una criatura sin extremidades. Este tardígrado también es capaz de excretar el exceso de agua para adaptarse a sus condiciones de sequedad.
El nombre –Macrobiotus naginae– se inspira en la triste historia de Nagini, que se transformó en una criatura sin extremidades que se vio obligada a vivir en las arenas.
Y M. naginae también ha desarrollado garras más pequeñas para arrastrarse entre los granos de arena.
Tardígrado indestructible
Los tardígrados son animales microscópicos de ocho patas que se encuentran entre los organismos más resistentes de la Tierra y que pueden sobrevivir a los entornos más duros.
Suelen encontrarse en el microambiente húmedo que proporcionan los musgos de los bosques y la hojarasca húmeda, pero su capacidad para excretar agua interna y secarse les permite vivir en lugares relativamente secos, como las dunas de arena.
El descubrimiento ha sido realizado por la University of Jyväskylä, en Finlandia, que ha encontrado el nuevo tardígrado en el Parque Nacional de Rokua, situado en la región de Ostrobotnia del Norte del país.
El equipo recogió muestras de musgos, líquenes y hojarasca de distintas zonas para estudiar los organismos raros que prosperan en la vegetación.
Colocadas bajo el microscopio, las muestras revelaron la nueva especie de tardígrado.
En comparación con las especies estrechamente relacionadas que viven en la superficie, las extremidades de los animales que viven en el suelo suelen estar acortadas, reducidas o ausentes para permitir un paso menos restringido a través de las cavidades entre las partículas del suelo”, reza el estudio publicado en la revista Zoological Studies.
Este patrón de reducción de extremidades también se ha observado en los tardígrados, donde múltiples linajes que colonizaron el hábitat subterráneo muestran una reducción y/o pérdida independiente de patas y garras”.
Tardígrado masculino y femenino
Los investigadores también señalan que la especie es dioica, los individuos tienen órganos reproductores masculinos o femeninos.
El esperma está presente con un núcleo en forma de sacacorchos, mientras que la espermateca está presente, que es un órgano del tracto reproductivo femenino en los insectos.
El equipo también observó huevos de los tardígrados, de color blanquecino, puestos libremente en el entorno.
En total, los investigadores encontraron 47 animales y 10 huevos.
Aunque no son las criaturas más atractivas, estos pequeños animales segmentados se presentan de muchas formas -hay más de 900 especies- y se encuentran en todo el mundo, desde las montañas más altas hasta los océanos más profundos.
Los tardígrados han demostrado ser prácticamente imposibles de matar: se pueden congelar, hervir, aplastar e incluso electrocutar con radiación.
Y siguen sobreviviendo como si no les hubiera pasado nada.
Tardígrados inmortales
En 2016, los investigadores revivieron a dos osos de agua que llevaban 30 años congelados y uno de ellos sobrevivió.
La criatura no solo sobrevivió a su prisión helada, sino que puso 19 huevos, 14 de los cuales eclosionaron con éxito.
En 2021, los científicos los dispararon con una pistola a velocidades cercanas a los 2.160 kilómetros por hora para ver si podían sobrevivir a las condiciones mortales del espacio, y sobrevivieron.
Los tardígrados fueron capaces de sobrevivir a velocidades de impacto de 825 metros por segundo, pero la tasa de supervivencia cayó a 0 a 901 metros por segundo.
Y como estas criaturas pueden resistir tanto, los científicos quieren ahora dispararlas hacia estrellas lejanas de nuestra galaxia a 160 millones de kilómetros por hora utilizando láseres masivos.
Los expertos estadounidenses quieren saber cómo afectan los viajes espaciales interestelares a estos animales microscópicos, conocidos por su capacidad para sobrevivir en condiciones extremas, incluso en el espacio exterior.
En un artículo publicado en enero de 2022, los investigadores propusieron construir pequeñas sondas espaciales con tardígrados, también conocidos como “osos de agua”, que viajarían al espacio a una velocidad de hasta el 30% de la de la luz.
Estas sondas se propulsarían con luz láser en lugar de combustible para cohetes, desde un conjunto de láseres situados en la Tierra, o posiblemente en la Luna.
Todo el proceso de lanzamiento consumiría una décima parte de toda la red eléctrica estadounidense, admiten los investigadores.
A una velocidad de unos 160 millones de kilómetros por hora, los tardígrados llegarían al siguiente sistema solar, Próxima Centauri, en unos 20 años.
Los hallazgos de la investigación han sido publicados en Zoological Studies.
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