Se ha reportado un raro caso de fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en Reino Unido; según ha informado la según la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido (UKHSA, por sus siglas en inglés)

Esta es la tercera vez que se identifica un caso en el Reino Unido. En los dos casos anteriores, informados en 2012 y 2014, no hubo evidencia de transmisión posterior y el virus se contuvo de manera segura.

Virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo. Crédito: NIAID / Flickr (Wikimedia Commons – CC BY 2.0)

La paciente había regresado recientemente de un viaje por Asia Central, donde se cree que contrajo la infección. Después de haber sido diagnosticada por primera vez en el Fideicomiso de la Fundación NHS de los Hospitales de la Cambridge University, ahora recibe atención especializada en el Royal Free Hospital de Londres, que cuenta con una unidad especializada preparada para tratar enfermedades infecciosas raras e inusuales.

Afortunadamente, el riesgo general para el público es bajo, según informa la UKSHA.

La Dra. Susan. Hopkins, asesor médico jefe de UKHSA, dijo en un comunicado de prensa:

“Es importante tener en cuenta que la FHCC [fiebre hemorrágica de Crimea-Congo] generalmente se transmite por picaduras de garrapatas en países donde la enfermedad es endémica, no se transmite fácilmente entre las personas y el riesgo general para el público es muy bajo. Estamos trabajando con NHS EI para contactar a las personas que han tenido contacto cercano con el caso antes de la confirmación de su infección, para evaluarlas según sea necesario y brindarles asesoramiento”.

Espécimen de Hyalomma marginatum en alcohol. Crédito: Adam Cuerden (Public domain)

La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo es endémica en partes de África, los Balcanes, Oriente Medio y Asia, donde vive en una amplia variedad de animales, como vacas, ovejas, cabras y avestruces. Es una fiebre hemorrágica viral generalmente transmitida por garrapatas Hyalomma.

Después de un breve período de incubación, los síntomas de la infección pueden ser fuertes, comenzando con fiebre, mareos y dolor de cabeza, y progresando hasta causar somnolencia extrema, depresión y dolor abdominal.

No existe una vacuna contra la infección y puede resultar fatal, con una tasa de letalidad que oscila entre el 10 y el 40 por ciento.

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