Ha sido catalogado como una “posible amenaza global”. Un gen que hace resistente a las bacterias a uno de los antibióticos más importantes del mundo, la colistina, ha sido descubierto en aguas de alcantarillado de Georgia.

Se trata del gen MCR-9, y representa una gran preocupación para la salud pública porque causa resistencia a los antimicrobianos, un problema que la Organización Mundial de la Salud ha declarado “una de las 10 principales amenazas mundiales para la salud pública que enfrenta la humanidad”.

Posible amenaza global

Investigadores del Center for Food Safety (CFS) de la University of Georgia recolectaron aguas residuales de un entorno urbano en Georgia para analizar el gen MCR en bacterias presentes de forma natural. Dirigido por el profesor asistente de la Facultad de Ciencias Agrícolas y Ambientales Issmat Kassem, cuya investigación se centra en la presencia de MCR en todo el mundo, el equipo se sorprendió de lo rápido que detectaron MCR: encontraron evidencia del gen en la primera muestra que tomaron.

Kassem dijo que eso demuestra que el gen se está estableciendo en EE. UU.

La bacteria donde se encontró el gen, Morganella morganii, agregó más preocupación para Kassem. Esta fue la primera vez que se encontró el gen MCR en M. morganii, lo cual es problemático porque es una bacteria que los investigadores no suelen analizar. Esto significa que el problema podría estar considerablemente más extendido de lo que inicialmente se pensaba.

Vista de la bacteria Morganella morganii. (Public domain)

Propagación de MCR en agricultura, importaciones, viajes

Anteriormente se creía que la agricultura era un factor impulsor en la propagación de MCR. Naciones como China e India utilizan el antibiótico colistina en el ganado. La colistina se considera un antibiótico de “último recurso” porque puede matar infecciones que otros antibióticos no pueden. Su uso frecuente hace que algunas bacterias se estén volviendo resistentes. Esto significa que si las personas o los animales contraen una cepa de bacterias resistentes a la colistina, potencialmente no hay medicamentos que puedan tratar su infección. Se enfrentan a medidas sanitarias extremas e invasivas y a una posible muerte.

La colistina está prohibida en EE. UU. para su uso en alimentos para animales y anteriormente se pensaba que esta medida ayudaría a frenar la propagación de la resistencia antimicrobiana a la colistina en el país. Sin embargo, MCR se puede propagar a través de viajes globales y la importación de alimentos de otros países. Los resultados del estudio CFS demuestran que EE. UU. no es menos susceptible a la amenaza que otras naciones del mundo.

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Lo que complica aún más el problema es la forma en que se propaga el gen. Se transmite en plásmidos, que son hebras de ADN que se encuentran dentro de las células y que pueden replicarse por sí mismas, independientemente de la célula. Un plásmido con resistencia a los antimicrobianos que se encuentra en un tipo de bacteria puede transmitirse a otros tipos de bacterias. Esto significa que bacterias como E. coli y Salmonella, que comúnmente causan brotes en humanos, pueden portar MCR, lo que las convierte de enfermedades tratables en infecciones potencialmente mortales.

Colistina. Cortesía: farmaciainformativa.com

¿Qué tan preocupados deberíamos estar por el gen MCR-9?

Kassem dijo que, en conjunto, la amenaza global de la resistencia a los antimicrobianos, la presencia de MCR en Georgia, que se encontró dentro de una bacteria que a menudo se pasa por alto, y que ocurrió incluso sin el uso de colistina en la agricultura de EE. UU. es un problema grave. Esto requiere una acción inmediata por parte de muchas industrias, incluidas la investigación, la atención médica y el gobierno, para trabajar juntos hacia una solución.

Kassem dijo en un comunicado:

“Si no lo abordamos ahora mismo, estamos poniendo en peligro la medicina humana y animal tal como la conocemos y eso puede tener enormes repercusiones en la salud y la economía. Es un problema peligroso que requiere la atención de múltiples sectores para que podamos abordarlo adecuadamente”.

Debido a esta urgencia, los resultados de la investigación se publicaron en un manuscrito de formato corto ahora en el Journal of Global Antimicrobial Resistance.

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