La tecnología cuando es bien usada nos beneficia de maneras sorprendentes. Uno de esos casos ocurre cuando utilizamos la ingeniería para solucionar problemas y suplir falencias, como por ejemplo la pérdida de uno de los sentidos. Recientemente se ha informado que un dispositivo llamado “ojo biónico” ha superado las pruebas y se ha acercado un paso más a realizar ensayos en humanos. Esta diminuta herramienta podría algún día restaurar la vista de miles o millones de personas.
Hace algunos meses la empresa de bioelectrónica ganó el premio HealthTech Award 2020 por su Prima System, una tecnología de visión biónica de próxima generación diseñada para permitir la visión a personas ciegas.
Prima System consiste en un sustituto fotovoltaico de fotorreceptores que permitía el uso de una prótesis central y una visión natural periférica al mismo tiempo para personas con degeneración macular seca asociada con la edad (DMAE).
Nueva tecnología
Ahora, tenemos noticias de una nueva tecnología de restauración de la vista en proceso que tiene como objetivo diseñar un ojo biónico lo suficientemente bueno para pruebas en humanos. La invención se llama Phoenix99 Bionic Eye y es un sistema implantable, diseñado para restaurar una forma de visión a pacientes que viven con una discapacidad visual severa y ceguera causada por enfermedades degenerativas.
Hasta ahora, se ha descubierto que el dispositivo implantable, que consta de dos componentes, es seguro.
Samuel Eggenberger, un ingeniero biomédico y que cursa su doctorado en la School of Biomedical Engineering junto al profesor Gregg Suaning, dijo en un comunicado:
“Es importante destacar que descubrimos que el dispositivo tiene un impacto muy bajo en las neuronas necesarias para ‘engañar’ al cerebro. No hubo reacciones inesperadas del tejido alrededor del dispositivo y esperamos que pueda permanecer en su lugar de manera segura durante muchos años. Nuestro equipo está encantado con este resultado extraordinario, que nos da confianza para avanzar hacia las pruebas en humanos”.
Los dos componentes principales del dispositivo que deben implantarse consisten en un estimulador conectado al ojo y un módulo de comunicación colocado debajo de la piel detrás de la oreja. Los ensayos con ovejas demostraron que el cuerpo aceptaba ambos elementos y además sanaba a su alrededor. El equipo ahora solicita la aprobación ética para realizar ensayos clínicos en pacientes humanos.
Los hallazgos de la investigación han sido publicados en Biomaterials.
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