¿Cuál sería tu reacción si te dijeran que desciendes de la realeza? No se trata de una idea totalmente descabellada, pues hay millones de personas que sin saberlo llevan sangre real en sus venas. Puede que a simple vista parezca que no haya conexión entre las partes involucradas, pero existe una posibilidad verdadera.

Sino, puedes tomar como ejemplo algunos casos recientes que han sucedido en el Reino Unido. Varias figuras del entretenimiento y personalidades de la sociedad, han resultado ser descendientes directos de los monarcas medievales y apenas se van enterando del parentesco.

Árbol genealógico. (Public domain)

Los casos más recientes

Hace poco Josh Widdicombe, un reconocido comediante y animador inglés, se enteró que descendía del rey Eduardo I quien murió hace alrededor de 700 años. Así mismo Alexander Armstrong, quien se dedica a la actuación y también es comediante, se sorprendió al enterarse que estaba emparentado con Guillermo I de Inglaterra o Guillermo el Conquistador.

Otros casos similares corresponden al locutor y deportista remero Matthew Pinsent, pues descubrió ser descendiente de Eduardo I. Mientras que el famoso actor Danny Dyer, resultó ser pariente de Eduardo III, pero no todos los descendientes de la realeza son celebridades famosas.

Dentro de ese grupo también figura el prestigioso profesor Graham Holton, experto en genealogía de una Universidad de Glasgow, su pariente real es Eduardo I. Estos son solo algunos de los millones de casos que hay por contar, y la verdad no debería ser una sorpresa. Por lo menos, eso es lo que afirman los especialistas en la materia.

Josh Widdicombe, famoso presentador y comediante inglés descubrió que era descendiente de Eduardo I. Cortesía: PA Media

La opinión de los expertos

Estos descubrimientos no significan que, por medio de los genes de los monarcas medievales se esté formando una nueva aristocracia de celebridades famosas. Tampoco quiere decir que sean simples e inusuales coincidencias, como la de encontrar la aguja en el pajar.

De acuerdo con la opinión de los expertos en genealogía, la respuesta a este fenómeno está en extender la mirada hacia atrás en el tiempo. Es decir, buscar en el pasado las ramificaciones genealógicas de las familias reales y trazar una línea de descendencia en dirección a la actualidad.

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Con relación a esta teoría, el profesor Holton dice que:

“Al utilizar estos modelos de búsquedas genealógicas, se podría hallar una relación familiar vinculada con el rey Eduardo I estimada en 2 millones de personas que aún viven.”

Solo que la mayoría de las personas no lo saben y es posible que se topen a diario en el metro, la estación de trenes o autobuses.

Rey Eduardo I de Inglaterra

De cierta forma todos estamos relacionados

La profesora Turi King, especialista en genética en la Universidad de Leicester, afirma que de alguna u otra manera tenemos un parentesco. Sus declaraciones se basan en años de investigación relacionadas con el Rey de Inglaterra Ricardo III, quien gobernó entre los años 1483 y 1485.

Según la información recabada por la profesora King, hoy en día hay millones de personas vivas que tienen un parentesco con el referido monarca inglés del siglo XV. Por supuesto esta afirmación se basa en las pruebas de ADN que se practicaron a los descendientes de una hermana del Rey. Esto con la finalidad de determinar su identidad por medio de unos huesos hallados en Leicester.

Para la académica, todo depende de los números y las cantidades de árboles genealógicos que se superponen al indagar en las generaciones pasadas. Por ejemplo, al retroceder 20 generaciones atrás y tomar en cuenta la tasa promedio reproductiva, nos toparemos con millones de antepasados en común.

Ricardo III de Inglaterra. (Wikimedia Commons)

Probar la conexión con la realeza

¿Es probable probar la conexión con la realeza? La respuesta es sí, solo que se necesitan los recursos adecuados para emprender la búsqueda, porque su costo es elevado. Hasta ahora solo unos pocos famosos y personalidades prestigiosas lo han logrado usando sus recursos económicos.

Pero no todos los descendientes de la monarquía medieval son personas adineradas y renombradas de la sociedad. Hay millones de ellos que pertenecen a la población de clase media y que no pueden probar su parentesco con la realeza porque carecen de los medios necesarios.

Algo muy cierto, explicado por el profesor de genética, es que de algún modo todos compartimos antepasados, no solamente en la Gran Bretaña sino en todo el mundo. Solo sería cuestión de retroceder unos miles de años hacia atrás para encontrar las ramificaciones genealógicas que nos conecten.

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