El intrigante fenómeno OVNI en muchas ocasiones, parece presentar un componente absurdo, realizando acciones o manifestando escenas, que desde nuestra lógica, no tendrían ningún sentido.
Algunos casos de encuentros cercanos ponen a los testigos en situaciones irreales por algún extraño motivo que desconocemos pero que tal vez, tuviera lógica para la o las inteligencias que pudieran hallarse tras dicho fenómeno.
Encuentro cercano con seres «inertes»
Una de las más inusitadas experiencias fue la que vivió Enrico Carotenuto Bossa mientras conducía por la Pampa argentina el 15 de Mayo de 1950 hacia el mediodía y en un momento en el que no había nadie más transitando que él, fue cuando se encontró con que un extraño objeto bloqueaba la vía. Se trataba de un disco metálico con una pequeña cúpula y varias ventanillas a su alrededor.
El conductor, sin salir de su asombro, detuvo su vehículo delante del objeto y movido por la curiosidad, bajó de su coche para aproximarse al gran elemento metálico que se alzaba ante él hasta que descubrió una pequeña portezuela que muy pertinentemente estaba abierta, por la que se internó teniendo que desplazarse gateando.
Se encontró con un interior oscuro que estaba inundado por un extraño olor mezcla entre ozono y ajo y a medida que sus ojos se fueron acostumbrando a la luminosidad de la sala, pudo darse cuenta de que se encontraba en una estancia circular en cuyo centro se hallaba una especie de pantalla televisiva de forma ovalada ante la que una extraña figura humanoide aparecía sentada de forma estática sobre un asiento rojizo.
Era de pequeño tamaño pero con una apariencia humana con sutiles diferencias como ojos de mayor tamaño y ausencia de vello facial, cabello ralo y los rasgos de un hombre adulto en un cuerpo de reducida estatura. Se cubría con una prenda gris que sólo dejaba a la vista su cabeza y sus manos que sostenían una caja negra.
La figura no se movía en absoluto, los ojos estaban abiertos mirando al infinito. El testigo entonces se armó de valor y tocó un brazo del ser: estaba completamente rígido. A continuación posó la mano sobre su cara: estaba fría.
En ese momento se dio la vuelta y se percató de que tras él, había otro asiento en el que se emplazaban otras dos figuras de las mismas características con la mirada perdida y una expresión de horror en sus rostros, de nuevo, completamente petrificadas.
Fue entonces cuando una sensación de terror le sobrevino y decidió salir del extraño objeto pensando que si esos cuerpos estaban carentes de vida, tal como parecía, alguien tendría que pilotar aquella nave y que podría aparecer en cualquier momento.
Al día siguiente se presentó en el mismo lugar con algunos amigos y, aunque el objeto ya no estaba, sí que se encontraron un anillo de cenizas de buen tamaño de cuyo centro todavía salía humo. Allí todo el grupo pudo presenciar la aparición de tres objetos voladores en el cielo de los que pudieron tomar algunas fotografías.
Este extraño caso suscita varias preguntas y una de las más interesantes tal vez sería la de si esas figuras humanoides que estaban en el interior de la nave estaban vivas o no y la de por qué la situación se dispuso de tal forma como si pretendiera mostrarle aquella extraña escena al testigo…
Nuestra compañera Sonia Gupta del canal AEnigma presenta este caso con más detalle en el siguiente vídeo:
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