En un planeta enano en el cinturón de asteroides -un anillo de rocas de todos los tamaños que se encuentra entre Marte y Júpiter-, un par de grandes manchas brillantes resplandecen sorprendentemente. Este es uno de los hallazgos más intrigantes de la nave espacial Dawn, que se acercó a la órbita de Ceres en 2015.
Nuevas observaciones de Ceres llevadas a cabo con el espectógrafo HARPS -Buscador de Planetas por Velocidad Radial de Alta Precisión- (High Accuracy Radial velocity Planet Searcher, en inglés), del Observatorio europeo del sur en La Silla, Chile, han revelado una serie de cambios inesperados en las enigmáticas manchas brillantes que el planeta enano luce en varios puntos de su superficie.
Las manchas brillantes de Ceres son hasta ahora un misterio, aunque algunos científicos postulan que podrían estar hechos de hielo y sal. Sin embargo, recientemente los investigadores se sorprendieron al encontrar que las manchas parecen estar en constante cambio.
El telescopio captó que las manchas son cada vez más brillantes durante el día, lo que implica que todo lo que conforma la región brillante se vaporiza en el calor del sol. Las crestas resultantes reflejan más luz solar y el brillo de los puntos también varía de un día a otro.
Paolo Molano, astrónomo del Observtorio de Trieste, en Italia, y director de la investigación, dijo lo siguiente:
«Tan pronto como la sonda Dawn reveló la presencia de los misteriosos puntos brillantes en la superficie de Ceres, empecé a buscar la forma de encontrar parámetros que fueran medibles desde la Tierra. A medida que Ceres va rotando, las manchas se aproximan un poco a la Tierra, para alejarse después de nuevo, causando así una serie de variaciones que afectan al espectro luminoso de la luz que llega hasta nosotros»
Una rotación completa de Ceres tarda nueve horas, y los cálculos muestran que los efectos achacables al movimiento de las manchas durante esa rotación son muy pequeños, del orden de unos 20 km. por hora. Pequeños, pero suficientes para ser medidos, gracias al efecto Doppler, con los instrumentos de alta precisión de HARPS.
El efecto, sin embargo, no es siempre el mismo y cambia también de una noche a otra, dando lugar a patrones aleatorios adicionales. Si esta interpretación se confirma, Ceres resultaría ser muy diferente a su vecino Vesta y a los demás grandes asteroides del Cinturón. De hecho, y a diferencia de los otros, las evidencias sugieren que cuenta con un interior muy activo.
Se sabe que Ceres es muy rico en agua, pero aún no se sabe si el líquido elemento está o no relacionado con las manchas brillantes. Tampoco se conoce cuál puede ser la fuente de energía que hace aflorar continuamente material hasta la superficie.
La sonda Dawn continúa estudiando Ceres y observando atentamente sus misteriosas manchas brillantes. Y también desde los observatorios en Tierra los astrónomos no pierden de vista estas curiosas y extrañas formaciones brillantes. Pronto, según los científicos, el halo de misterio se desvanecerá para siempre.
A la fecha crecen las voces que manifiestan que la explicación a la manchas brillantes de Ceres, y ahora, sus cambios de intensidad, se debería a la presencia de vida extraterrestre en la superficie del planeta enano.
Pueden encontrar el estudio realizado en el siguiente enlace.
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