La primera víctima de esta triste historia, es el Doctor Christopher David Robert, investigador del cáncer de 50 años de edad y residente en Minnesota. Fue encontrado muerto a un lado de la carretera, cerca de su hogar. El acababa de salir de un festejo navideño en su trabajo. A pesar de los ya varios días transcurridos no se ha establecido la causa de la muerte. Pero él no fue el único infortunado.
Este asesinato ha sido catalogado por la cadena NBC NEWS como un suceso “misterioso”.
Dos semanas después que el Doctor Robert falleciera, el Dr. Mark Ernsting, otro investigador del cáncer de 39 años, también fue encontrado muerto. Ernsting había estaba dando un paseo – como lo hacía a diario – en el barrio donde reside. Según declararon algunos vecinos de la víctima:
«El lugar seguro siempre ha sido seguro y está bien iluminado, siempre hay gente alrededor. La policía patrulla a menudo la zona. Vivo aquí hace 15 años y nunca ha sucedido nada como esto».
Luego de 2 días del anterior fatídico suceso, la Doctora Linnea Veinotte, se convirtió en la tercera y misteriosa víctima. Su cadáver fue encontrado parcialmente descompuesto y enterrado en una tumba improvisada cerca de un pequeño camino de tierra en el extremo sur de Granada, una isla del Caribe tranquila y segura donde había ido a pasar las vacaciones junto a su pareja. De hecho, le comentó a su familia que les encantó la isla debido a su “gente maravillosa”.
Sylvan McIntyre, superintendente asistente de la Policía Real de Granada, declaró: «La familia está destrozada. Granada es un lugar seguro». La doctora, natural de Nueva Escocia, fue vista por última vez el día domingo 6 de diciembre (2015). Ella habría salido de su casa a las 8 de la mañana, vestida con ropa deportiva, zapatillas y con el perro de la familia. Acostumbraba correr alrededor de una comunidad residencial. Sin embargo, algunos residentes afirman haber escuchado chirridos de neumáticos y un fuerte golpe. Su perro también sufrió las consecuencias, y fue encontrado sangrando en el lugar.
McIntyre, oficial durante 31 años, afirma que nunca ha visto un caso como este. «Normalmente, en esta pequeña isla de 110.000 habitantes, las personas no desaparecen».
Es impensable como ciertos personajes oscuros con siniestros intereses, que manejan la industria farmacéutica, puedan llegar a ser capaces de asesinar una y otra vez a personas inocentes que avanzan en las investigaciones para frenar este azote para la humanidad que es el cáncer. Es evidente que la mayor ganancia económica se da vendiendo a la gente “paliativos” y tratamientos para la enfermedad en vez de vender la cura. Realmente lamentable el grado de maldad de la humanidad en este tipo de casos y otros que se han dado a lo largo de la historia.
Fuente: healthnutnews
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