Lo haría todo por mi dulce chica de dieciséis, y lo haría todo por la pequeña niña huidiza. Le di mi corazón, un anillo de compromiso, ella tomó todo lo que le di. ¡Oh, dulce chica de dieciséis! Billy Idol, Sweet Sixteen, 1987.
«Secretos de ciencias mágicas, rock, y chicas ligeras»
Transcurre 1987. Un vídeo de MTV comienza a rotar a toda hora, y que tiene a la estrella británica Billy Idol, dando vida a una bellísima balada de amor, la incomparable Sweet Sixteen.
Para sorpresas de muchos, aquella canción cargada de una melancolía notable, hace que fans y críticos parezcan coincidir por primera vez, valiéndole al excéntrico músico, su primera nominación a los codiciados Grammy, una vez traspasado récords de ventas millonarias. Y es que aquel tema supone un respiro, para un Billy Idol siempre caracterizado por dar vida a un repertorio aguerrido, y de sonidos más salvajes.
Mi primera inquietud al tararear aquellos acordes pegadizos, es de dónde diablos Idol basó su inspiración, para descubrir una de las canciones más icónicas del mundo del rock. Y la sorpresa, al ir desgranando sus versos comunicados en aquel vídeo ya mítico, es un legendario enigma norteamericano, representado por un desconcertante Castillo de Coral.
Edificado en Homestead, estado de Florida, se ignora hasta la fecha como fue erigido, teniendo en cuenta que Coral Castle fue el sueño de un solo hombre, que trabajando en solitario, y sin ninguna ayuda, logró edificar una de las construcciones más asombrosas de toda Norteamérica.
La historia de este Taj Majal norteamericano, como la prensa rosa supo denominarlo en su día, encierra -como digo- uno de los capítulos más enigmáticos del mundo de los misterios, y que hasta la fecha carece de resolución.
Recuerdo la primera vez que supe de este caso, fue en un viejo programa de Ripley’s Believe It or Not. Aquel episodio supuso mi primer acercamiento a Castle Coral, y me permitió conocer algunos pormenores, sobre la vida del misterioso Edward Leedskalnin.
Los pocos datos biográficos que se conocen, comentan siempre una misma historia, certificando su nacimiento en Riga, Letonia, 1887. Poco sabemos sobre sus actividades en su país natal, aunque algunos estudiosos refieren, tuvo un pasado político de violencia anarquista. Su familia se narra fue muy pobre, impidiendo Leedskalnin llevara adelante una educación más avanzada, tan sólo contabilizó nociones de escuela primaria.
Cuando cumplió 26 años, Leedskalnin se enamoró perdidamente de Agnes Scuffs, una joven de tan solo 16 años. Se dijo que Agnes aunque en un principio aceptó la propuesta de su prometido, luego decidió dar un paso al costado, alegnado incompatibilidad de edades, y escasez económica. Aquello supuso un golpe mortal para el pobre Leedskalnin, quién decidió abandonar su sueño al lado de Agnes, a quién en la intimidad apodaba Sweet Sixteen (Dulces Dieciséis), para luego partir a los Estados Unidos.
En el país del norte inició labores como leñador, moviéndose en sus primero años por varios estados, aunque este trabajo llegaría a afectarle los pulmones. Esta molestia física motivó su posterior radicación en Florida, donde en 1918 se dice que Leedskalnin inicia su aventura como un enigmático ingeniero, demostrando desde sus inicios amplios conocimientos en la manipulación de grandes moles pétreas.
Me detengo aquí. Los siguientes datos van abordar los enigmas legados por Edward Leedskalnin, que como sabemos cuenta con abundante información en cuanto a hipótesis actualmente conocidas. Ríos de tinta se escriben y seguirán escribiendo, sobre el caso Edward Leedskalnin, aunque sin arribar a ninguna solución concluyente, según se opte por creyentes, o detractores. Teniendo en cuenta estos aspectos, mi interés radica es repasar algunas pistas poco exploradas, invitando al lector me acompañe a profundizar.
Primera Pista
¿Cómo hizo Edward Leedskalnin, para movilizar aquellos gigantescos bloques?
Es quizás una de las cuestiones más inquietantes, para todos aquellos que abordan por primera vez esta historia. ¿Cómo fue posible que un sólo hombre, supuestamente sin ayuda alguna, y trabajando en solitario, pudiera llevar adelante tarea tan ciclópea? La pregunta del millón.
Vamos a rescatar palabras del propio Edward Leedskalnin, que por suerte nos dejó algunos escritos, y bastante asombrosos por cierto, sobre la metodología empleada en edificar aquella obra imposible.
En Magnetic Current, publicación que diera a luz en 1945, Leedskalnin desarrolla la importancia del electromagnetismo, y correspondiente polaridad.
El siguiente, es el resultado de mis dos años de experimentación con imanes en Rock Gate , diecisiete millas al sureste de Miami, Florida. Primero describiré lo que es un imán. Usted ha visto imanes de barra recta, imanes en forma de U, imanes de esferas o bolas de imanes en muchas formas, y generalmente un agujero en el centro. En todos los imanes un extremo del metal es el polo norte y el otro el polo sur, y los que no tienen un extremo son el polo norte, y otro polo sur”.
Pero aquí es donde entrega su definición más impactante, adelantándose a discusiones actuales.
La Tierra misma es un gran imán grande. En general estos imanes individuales de Polo Norte y Sur, están circulando de la misma manera que en el imán permanente de metal”.
Un artículo escrito por el gran estudioso británico Christopher Dunn, a quién entrevisté hace algunos años, y toda una autoridad sobre los enigmas de Egipto, refiere al misterio del Castillo de Coral, que visitó en 1982, aportando datos de primera mano, y que también vinculan a los propios escritos de Leedskalnin.
Según Dunn:
Leedskalnin discrepó, con la comprensión de la ciencia moderna de la naturaleza. El afirma rotundamente que están equivocados. Su concepto de naturaleza es simple. Toda la materia consiste en imanes individuales, y es el movimiento de estos imanes dentro de los materiales, y a través del espacio, lo que produce fenómenos medibles, es decir, el magnetismo y la electricidad”.
Podemos intuir que bajo estas consignas, que refieren al uso del magnetismo y electricidad, Leedskalnin fue trazando su camino, complementados con su comprensión como él mismo manifestó, «sobre las leyes del peso y apalancamiento», así como su creencia en la «relación de la tierra con las alineaciones celestes».
Otro escritor que también consigna datos jugosos es David Hatcher Childress, quién en su fascinante Anti-Gravity and the World Grid (Lost Science) postula el área donde se erigió Coral Castle, y que se considera vinculada al mítico Triángulo de las Bermudas, es una zona de gran concentración telúrica, y donde la energía o rejilla que envuelve el planeta se vería acrecentada. Siguiendo con este razonamiento esta anomalía aún no detectada por la física moderna, alteraría el espacio tiempo, facilitando que fenómenos como levitación, electromagnetismo y anti gravedad, se puedan desarrollar.
Por supuesto el lector pensará después de toparse con términos como levitación, electromagnetismo, anti gravedad, y otros conocimientos de tanta complejidad, ¿cómo pudo Leedskalnin, quién volvemos a repetir, carecía de los recursos académicos necesarios, de pronto transformarse en toda una autoridad en la materia? Lo cierto, Magnetic Current encuentra sus páginas plagada por grabados de circuitos, y procedimientos sorprendentes. Y de nuevo ¿de dónde emergen estas ideas? ¿Tan sólo un autodidacta dedicado? ¿Realmente utilizó tecnología de vanguardia, o solamente ingenio callejero a toda prueba? No lo sabemos. Digamos, en la época que estamos narrando esta historia, primeras décadas del siglo XX, estas cuestiones mencionadas a priori fantásticas, contaban con un círculo de emprendedores revolucionarios, con Nikola Tesla como uno de sus pioneros más celebrados, liderando esta movida de ciencia alternativa.
Y esto conduce a considerar la pista dos, que implica adentrarse en los gustos místicas de Edward Leedskalnin.
Segunda pista
¿Fue miembro de alguna orden masónica?
Un rumor no controlado, supone Leedskalnin fue iniciado en antiguos secretos de ésta logia, por parte de su abuelo. Como parte vinculante me viene a la mente, un antiguo postulado esotérico, donde se señala todo adepto de lo oculto le es autorizado una vez en su vida, hacer demostraciones públicas de misterios ocultos, que ayuden al despertar humano.
Existen algunas fotografías, que parecen hacerse eco de esta pertenencia por parte de Edward Leedskalnin a esta famosa sociedad secreta. Una toma reproducida a continuación, parece mostrar a Leedskalnin realizando el típico gesto masón de reconocimiento, caracterizado por ocultar la mano derecha.
Una de las construcciones, y en lo particular que más me intrigan de todo Coral Castle, es la llamada estructura monolítica bautizada como telescopio, que presenta una alineación estelar precisa, cuyo objetivo es enfocar la denominada estrella del Norte, Polaris. Y aquí sí quiero hacer un inciso personal. Como conocedora de antiguos misterios esotéricos, la mención de Polaris tenida como sagrada para muchos pueblos de la antigüedad, significa remontarse a una era de perpetuo equilibrio, y donde el eje magnético de la tierra aún no se había movido, que también puede interpretarse como un estado edénico del hombre, anterior a la caída en la materia, según enuncia la siempre vigente tradición primordial. Esto demuestra a mi entender, cuán comprometido estaba Edward Leedskalnin con esta corriente espiritual. Aunque estoy tentada a seguir decodificando más monumentos de este complejo extraordinario, se hace necesario postergar para otra ocasión un análisis más profundo.
La tercera y última pista requiere mi atención, y aviso, la misma viene cargada de un lado sombrío, donde todo aquello que creemos saber de Edward Leedskalnin, se supedita a un estado de crisis. Desde ya, lo altera todo.
Pista 3. Sweet Sixteen. Secretos de chicas ligeras.
Las revelaciones que ahora vamos a entregar y como ya alerté, son de una naturaleza diferente, y si se quiere, hasta explosivas. Sucedió cuando me encontraba en plena redacción de esta investigación. Un nuevo texto de Edward Leedskalnin llegó a mis manos, A book in every home (Un libro el cada casa), editado en 1936, y que recibí con entusiasmo, pensando contaría con información importante, teniendo en cuenta el libro emplea un capítulo entero, a desentrañar el enigma de Sweet Sixteen. Pero el destino me tenía reservado una sorpresa. Y es que el Edward Leedskalnin dimensionado en estas páginas, poco tiene que ver con el autor audaz, que brilla en Magnetic Current.
Sorpréndase el lector.
Ahora, voy a decirles lo que quiero decir cuando digo Ed’s Sweet Sixteen. No me refiero a una niña de dieciséis años, me refiero a una nueva. Si hubiera significado una niña de dieciséis años, habría significado al mismo tiempo, que hace dinero para los dulces dieciséis, mientras ella estaba haciendo el amor con un chico nuevo.
Todas las chicas menores de dieciséis años deben ser completamente nuevas. Si una chica menor de dieciséis años ya no puede ser llamada completamente nueva, no es culpa de la niña. ¡La mamá es la culpable¡ Es deber de la mamá supervisar a la niña para mantener alejados a esos muchachos frescos. En caso de que la mamá de la niña piense que hay niño en algún lugar que necesita experiencia, entonces ella misma pudiera posar como una estación experimental para que ese niño fresco practique y así salvar a la niña. Ya nada puede hacerle daño. Ella ya ha pasado por toda la experiencia por la que se puede pasar, por lo que en su caso, estaría bien”.
Estas reflexiones escritas con absoluta crudeza, rozan la indecencia y perversión, reflejando en Edward Leedskalnin síntomas inequívocos que llevan a pensar, estamos en presencia de un auténtico depredador, o «pedófilo» en desarrollo, si atendemos algún reporte psiquíatrico. En tren de no ser injustos podríamos aventurar, Leedskalnin era un puritano practicante, y debemos tomar sus palabras, como si de un manual pedagógico se tratara. No hay nada malo en proteger la virtud de las púberes, evitando su corrupción.
Otros tópicos del libro abordan cuestiones menos escabrosas, y hasta de un estilo más irónico. Pero es difícil substraerse a los anteriores pasajes, casi una tarea imposible. Algunos lectores razonarán, tan solo un amante despechado, pero la psiquis de Edward Leedskalnin parece mostrar evidencias de ciertos desarreglos muy notorios, para pasarlos por alto.
En este punto quizás es bueno volver a señalar, su falta de formación en cuanto a estudios de grado, sumado a una cierta inmadurez de tipo emocional. Y me pregunto si todos estos eventos marcaron su relación fallida con Sweet Sixteen, de la cual cabe agregar existen dos versiones femeninas, que se alegan como objeto de deseo, «Hermine-Lusis y Agnes Scuffs», circulando algunos retratos, aunque sin poder resolver el enigma en cuanto a identidades.
Desconocemos si estas represiones amorosas, teniendo en cuenta nuestro constructor estrella jamás formó familia, alguna vez emergieron dando rienda suelta a estos desvíos, y carecemos de certezas sobre si su comportamiento perturbado se cobró alguna víctima, materializando sus deseos latentes en la vida real.
Para ser honestos, por ahora no encontramos ningún expediente policial en la materia. Este libro aunque no integró ningún circuito editorial, nunca recibió censura o preocupación, por parte de las celosas autoridades norteamericanas, quiénes parecieron no tomar en serio estas líneas tan explícitas. En el prefacio de A book in every home, Leedskalnin parece avizorar futuros reclamos sobre estas expresiones, y arenga a la discusión.
Lector, si por alguna razón no te gustan las cosas que digo en este librito, dejé todo el espacio que utilicé, para que puedas escribir tu propia opinión y ver si puedes mejorar”.
Curiosamente el FBI se interesó por otras cuestiones de Leedskalnin, y recibió una visita del poderoso organismo interesado en sus investigaciones, aunque no se conocen demasiados detalles de ese intercambio.
Algunos autores anglosajones sugieren, Edward Leedskalnin era afecto a los anagramas, y que todos sus estudios se ven teñidos por criptografía oculta.
Desde esta perspectiva luminosa, y sin inferencia sexual, Sweet Sixteen simbolizaría la geometría sagrada encarnada en la secuencia de Fibonacci, transmutada en un nuevo amanecer cósmico. Y me interpelo ¿Es posible que un iniciado como Edward Leedskalnin, mostrara fallas tan evidentes en cuanto a desviación de conducta sexual, o tratamos con una mala interpretación de su explosivo escrito?, y de ser así, ¿porque enredaría su hipótesis en una historia tan sórdida? No lo sabemos.
Por el momento, y expreso opinión personal, entiendo a Edward Leedskalnin como una personalidad perturbada, por lo menos en lo emocional, quién supo cubrir muy bien sus huellas, con muchos secretos ocultos a develar. Futuras entregas quizás revelen más sorpresas.
Lo cierto es que Castle Coral continúa siendo visto por millones de personas, como un sitio de amor incondicional, y donde muchas parejas enamoradas, lo siguen eligiendo como emblema de amor eterno. Ironías del destino.
Edward Leedskalnin falleció en 1951, tenía 64 años.
Curiosidades
En 1961 Nude on the Moon tomó los escenarios de Coral Castle para la escenificación de un bizarro film, narrando la desopilante historia de nuestro satélite lunar, colonizado por una raza de extraterrestres mujeres, caracterizadas por practicar el nudismo como forma de vida. Actualmente se considera a Nude on the Moon, una película de culto.
Vídeo de Edward Leedskalnin (1930’s)
Sitios:
- CORAL CASTLE MUSEUM (Enlace)
- CORAL CASTLE (Enlace)
- Doore, K. Coral Castle. A Geomantic Wonder. (Enlace)
- Dunn, C. The Coral castle Mystery (Enlace)
- MAGNETIC UNIVERSE (Enlace)
- Stansfield, W. The Enigma of Coral Castle (Enlace)
- THE MYSTERY OF THE CORAL CASTLE (Enlace)
- Uszerowicz, M. A Haunting Monument to Love. Or Aliens. Or Limestone (Enlace)
Libros
- Lake, C. Coral Castle.
- Leedskalnin, E. A Book in Every Home. Florida, USA, 1936.
- Leedskalnin, E. Magnetic Current. Florida, USA, 1945.
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Edward Leedskalnin fue un aficionado científico que pudo demostrar lo que las ciencia académica tanto nos esconde, existe una tercera dimensión en la cual podemos obtener facultades naturales y una de ellas es la anti gravedad. los científicos tanto saben que tanto ocultan.