Un equipo de investigadores de Museum für Naturkunde y Charité-Universitätsmedizin, ambos en Alemania, informa sobre un caso raro de cáncer en un fósil de tortuga de tallo de 240 millones de años.
El fósil era de un Pappochelys rosinae, un antepasado sin caparazón de las tortugas modernas. La criatura del período Triásico fue excavada en 2015 junto con otras 20 de su tipo en una cantera de piedra caliza cerca de una ciudad llamada Velberg, en Alemania.
Un fósil «diferente»
Los investigadores han sugerido que probablemente se parecen más a las iguanas que a las tortugas modernas. Desde entonces, todos los fósiles se han almacenado en el Museo Estatal de Historia Natural de Stuttgart. Pero uno de ellos era claramente diferente de los demás: tenía un gran crecimiento óseo en una parte del hueso del muslo (fémur).
Los investigadores propusieron varias teorías para explicar el crecimiento, pero el esfuerzo de investigación actual se centró en determinar qué era realmente el crecimiento: un osteosarcoma perióstico, uno que el equipo describe como «casi exactamente igual que el osteosarcoma en los seres humanos».
La evidencia de cáncer en los fósiles es rara, porque los tumores cancerosos suelen aparecer en los tejidos blandos. Y el tipo de cáncer encontrado en el fósil era aún más raro: solo se reportan de 800 a 900 casos humanos cada año en los EE.UU. Eso hace que el fósil estudiado por el equipo en Alemania sea un espécimen verdaderamente único.
Para hacer el diagnóstico, los investigadores primero tuvieron que descartar otras posibles causas del crecimiento óseo, como una infección u otra enfermedad o lesión. Finalmente, lo sometieron a un micro-CT scan para examinar mejor lo que estaba dentro y debajo de él. Eso los llevó a la conclusión de que era una forma de cáncer de huesos.
Los investigadores señalan que debido a que la evidencia de cáncer es tan rara vez observada en el registro fósil, algunos en el campo han cuestionado si era prevalente o incluso ocurrió en criaturas desde hace millones de años. Esto demuestra que el cáncer ha existido durante mucho más tiempo del que se creía.
El estudio científico ha sido publicado en JAMA Oncology.
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