Se acrecienta el misterio que rodea a la Antártida con la presencia del Área 122, un laboratorio secreto que está siendo objeto de teorías de la conspiración.
Esta Área 122 podría compararse con el Área 51 debido a su gran inversión gubernamental, su secretismo, su uso como misterioso laboratorio científico y la custodia de militares las 24 horas del día (!). Teorías de la conspiración harían sospechar de una base dedicada a la búsqueda de vida extraterrestre, aunque los extraños instrumentos ahí presentes también podrían asociarse a experimentos con electromagnetismo.
La base se llama Laboratorio Arrival Heights, oficialmente. Está localizada en el sur de la Antártida, en la isla Ross, territorio reclamado por Nueva Zelanda. Es una zona denominada Área Especialmente Protegida de la Antártida No. 122.
Hasta hace poco era una base secreta pero una periodista neozelandesa pudo obtener permiso para realizar un reportaje sobre la base (¡tenía que ser entrevistada por el gobierno!). Sin embargo, los teóricos de la conspiración fácilmente podrían pensar que los científicos y militares no iban a revelar nada sobre los objetivos confidenciales.
No se vio evidencia extraterrestre pero si equipos para emitir señales electromagnéticas
La base es operada por el Programa Antártico de Estados Unidos y la Nueva Zelanda Antártica. La investigación está enfocada en la meteorología, principalmente en el estudio de la Capa del Ozono y la Aurora austral.
Se pueden observar bastantes antenas en las afueras del lugar, todas para el estudio de la atmósfera. Curiosamente, los equipos utilizados en el laboratorio son de tecnología antigua, con computadoras de los años 70, aproximadamente. Lo extraño de esto es lo difícil que debe ser trabajar con estos aparatos electrónicos, ¿podrán procesar datos de forma eficiente con la lentitud de un CPU de los años 70?
La gran cúpula que se observa en las fotos es lo más impresionante de la base, pinta un paisaje de ciencia ficción. Su forma esférica recuerda a un radar, pero al parecer es una instalación de comunicación satelital. Esto significa que transmite y recibe señales electromagnéticas, y por el tamaño de la instalación habría que preguntarse que tanta energía electromagnética podría emitir.
A una distancia de más o menos 1 kilómetro se encuentra una misteriosa montaña con forma de pirámide. Otro caso más para las extrañas pirámides naturales de la Antártida. La pirámide es muy perfecta (tomando en cuenta la erosión) y justo al lado hay otra cúpula más pequeña.
Es un laboratorio insólito, muy interesante para el estudio de la atmósfera terrestre. No obstante, los equipos ahí utilizados todavía generan controversia por sus capacidades electromagnéticas.
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