El Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) de la NASA ha entregado datos que revelaron la presencia de túneles en el polo norte de la Luna que en el remoto pasado estuvieron llenos de lava pero ahora posiblemente almacenan grandes cantidades de agua congelada.
Los análisis han revelado que el polo norte de la Luna podría estar plagado de fosas que conducen a tubos de lava subterráneos. Así lo indica una nueva investigación publicada el 11 de enero. Si los cálculos son correctos, y estas enormes cuevas contienen colosales cantidades de hielo, entonces harían posible que en el futuro astronautas pueda utilizarlo como suministro para sus misiones.
Los datos brindados por el Lunar Reconnaissance Orbiter de la NASA indican la existencia de pozos o cuevas ubicadas al noreste (a unos 72 grados de latitud norte). Cada uno de estos agujeros en la superficie lunar mide aproximadamente entre 15 a 30 metros de ancho, y se encuentran ubicados a través de túneles, que en el pasado fueron tubos subterráneos por donde discurría la lava.
Este descubrimiento significan buenas noticias para los futuros exploradores de la Luna. Ya se sabía con anticipación de la existencia de tubos de lava, pero se encontraban en regiones donde existe poco hielo. Sin embargo, los tubos de lava ubicados en regiones del norte, poseen grandes cantidades de hielo, según indicaron los investigadores.
El investigador principal, Pascal Lee, un científico planetario del Search For Extraterrestrial Intelligence Institute (SETI), fue quien examinó el polo norte en primer lugar, detectando una manera más accesible para llegar al hielo. El hielo ubicado en esta zona parece estar mezclado con regolito, o polvo lunar, lo que dificultaría su extracción.
Esto, sin dudas generará un dolor de cabeza a los futuros exploradores; según dijo Lee:
Se tendría que arrastrar toneladas y toneladas de tierra para extraerlo. Ni siquiera se puede contar con la energía solar, debido a las condiciones de iluminación extrañas, y además las temperaturas son muy frías. Es físicamente posible, pero presumiblemente no es económicamente viable”.
La tarea de hallar los pozos fue muy complicada. El polo norte de la Luna tiene poca iluminación, lo que complica el distinguir cráteres comunes de un pozo que conduce a una entrada subterránea. Lee, en tono de broma llama a las imágenes del LRO como: «imágenes de sombras de alta resolución». Sin embargo, lograron aprovechar el ángulo en que el Sol iluminaba en algunas imágenes, lo que permitió revelar los pozos. Ahora, según dice Lee, la siguiente tarea es calcular cuánto hielo existe dentro de estos depósitos naturales.
Lee espera poder enviar un rover, el cual pueda tomar fotografías a través de los agujeros, y usar el radar para obtener imágenes de la superficie inferior. Esto podría ayudar a comprobar la existencia de hielo.
Una vez se haya confirmado la existencia de hielo en la Luna, Lee considera plausible el envío de una misión tripulada, para poder descender por dichos tubos y extraer el agua.
El Lunar Reconnaissance Orbiter se ha encontrado orbitando alrededor de la Luna desde el año 2009, y aunque no existe aún una misión programa hacia la Luna, el año pasado el presidente de EE.UU., Donald Trump expresó su deseo de ir a la Luna, e inclusive planean enviar astronautas a nuestro satélite.
La NASA tiene la idea en enviar una estación espacial a la órbita lunar, llamada Deep Space Gateway. Esta estación espacial orbitaría la Luna de polo a polo, permitiendo a los astronautas observar los posibles tubos de lava desde una distancia más cercana.
Pascal Lee ha presentado su investigación en el Lunar Science for Landed Missions Workshop que fue convocado por el Solar System Exploration Research Virtual Institute en el NASA Ames Research Center ubicado en Silicon Valley, California.
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