Hace ya varios meses, exactamente en abril del 2017 un grupo de investigadores de diversos países intentaron hacer algo sin precedentes en la historia de la humanidad, tomar una fotografía del agujero negro gigante Sagittarius A *, ubicado en el centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea.
Un último envío de datos recibido el mes pasado ha comenzado a ser analizado detalladamente, lo que podría significar que pronto tendremos la primera imagen de un agujero negro.
Si te preguntas por qué transcurre tanto tiempo entre las etapas de la observación y el análisis, existe una razón justificada e interesante. Para lograr una imagen de alta precisión, los astrónomos utilizan una técnica llamada «baseline interferometry» o interferometría de larga base, que consiste en conectar radiotelescopios separados por grandes distancias para generar un telescopio virtual tan grande como la distancia que los separa.
A este gran telescopio virtual se le ha denominado Event Horizon Telescope, y usa telescopios de todo el mundo, incluido uno que se ubica en la Antártida. Las observaciones recibidas el 13 de diciembre fueron enviadas al Haystack Observatory del MIT y al Instituto Max Planck de Astronomía, en Alemania. En ambos lugares los astrónomos a cargo analizarán los datos.
Un comunicado de prensa del mes pasado ha revelado que completar la comparación de los datos capturados por los dos equipos tomaría un tiempo de tres semanas, luego de lo cual el análisis final de las observaciones recién podrá iniciar. Estos datos podrían ofrecer una nueva visión del debate de la mecánica cuántica frente a la relatividad. Los agujeros negros son una de las áreas temáticas donde las dos teorías luchan por jugar juntas
De forma totalmente sorprendente, Sagittarius A * pesa 4 millones de soles, y posee 44 millones de kilómetros (27 millones de millas) de diámetro. Se encuentra a 26,000 años luz de distancia de la Tierra. Esta es la razón por la cual los investigadores necesitaron un telescopio tan ancho como la Tierra para verlo.
0 comentarios