Casi se siente mal etiquetar a la película ‘The Martian‘ como ciencia ficción. Basado en el libro que el programador de computadoras Andy Weir investigó durante tres años, la película se siente como que podría suceder en la vida real en cualquier momento.
Es cierto que en la vida real una expedición a Marte no se dará en un momento cercano, pues aún no e tiene ni siquiera una nave espacial que nos haga llegar, y mucho menos un hábitat para mantenernos vivos mientras estamos allí. Aunque aún no sea posible para nosotros ir a Marte, gracias a ‘The Martian‘ podemos tener un gran acercamiento a como sería en la realidad. Justamente un grupo de científicos e ingenieros de la NASA hablaron en la Universidad de Columbia sobre esto hace algunos días.
Dave Lavery del programa de Exploración del Sistema Solar de la NASA dijo a Popular Science:
El nivel de detalle que se ve en la película y en el libro es en realidad muy cercano a lo que hemos estado pensando.”
Los científicos reales, los astronautas reales
A diferencia de la mayoría de los científicos de la película, cuyo trabajo es hacer cosas increíbles en una escena y utilizar grandes palabras para explicar conceptos generalmente poco realistas, los científicos en The Martian se parecen más a personas reales con personalidades distintas, trabajando juntos para resolver un problema.
El ex astronauta Mike Massimino, quien también habló en el evento de Columbia, dice que los astronautas en el libro y la película también fueron retratados con precisión. «Estoy muy emocionado por la forma en que fueron retratadas las relaciones entre los astronautas», dijo. Entre la aventura, escuela de supervivencia, y ser arrojados en ambientes extremos juntos, los astronautas conruyen un fuerte vínculo. «Nosotros nos encargamos de unos a otros lo mejor que podamos. Cuando alguien necesita a alguien, no hay nada que no haríamos».
Ha habido un montón de películas que tratan sobre desastres en el espacio. Pero lo bueno de The Martian es que los problemas se resuelven sin recurrir a conceptos incorrectos o al “poder del amor” (como en Gravity e Interestellar).
Al final, eso es lo que probablemente podría asegurar a The Martian un lugar en el estante principal de la ciencia ficción. En 20 o 30 años, cuando los astronautas de la vida real se supone que visitarán Marte, vamos probablemente a voltear la vista atrás a un libro y a una película sin pensar que son ridículos, o en todo caso, tal vez (con suerte) nos reiremos de lo conservadora que era la estimación de la capacidad tecnológica humana.
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