El Proyecto Global de Carbono (GCP, por sus siglas en inglés) es un grupo científico que busca pintar la imagen más precisa posible del ciclo del carbono del planeta. Su análisis más exhaustivo hasta la fecha acaba de publicarse y, lamentablemente, no es una buena noticia: nuestras emisiones de gases de efecto invernadero están volviendo a subir, después de haber disminuido durante tres años.
El trío de estudios se publicó a tiempo para la reunión de la COP23 en Bonn (Alemania), que tiene como objetivo implementar y fortalecer el acuerdo de París tanto como sea posible. Sin embargo, todo indica, que esta noticia ensombrecerá la reunión.
Hasta ahora los investigadores no han podido confirmar si este evento será una tendencia en los años futuros o si se trata de un evento único. Los estudios publicados en Nature Climate Change, Earth System Science Data Discussions, y Environmental Research Letters no han podido dar la respuesta a esta duda.
El factor que impulsa este aumento parece ser China.
Todo parece indicar que China, como superpotencia en el mundo es uno de los países que juega un rol muy importante en el acuerdo de París. Aunque se sabe que ha estado invirtiendo en el sector de energía renovable y nuclear de forma acelerada, el precio del carbón sigue siendo muy inferior y además es de fácil acceso. A pesar de que su objetivo es finalmente abandonar el carbón, su uso actual es uno que se puede rastrear en gran medida siguiendo su destreza económica.
Hace unos años, su economía se estancó, lo que se comparó con una producción de carbón plana. Ahora, con su economía aumentando nuevamente, su uso de carbón sigue con ello.
La última estimación del GCP es que las emisiones de dióxido de carbono crecieron un 2 por ciento en 2017 en comparación con el año pasado. El autor principal de uno de los artículos, la profesora Corinne Le Quéré de la Universidad de East Anglia, dijo a BBC News que esto es «muy decepcionante».
«Se está acabando el tiempo en nuestra capacidad de mantener el calentamiento muy por debajo de 2 °C (3.6 °F)».
En total, el mundo ha emitido 41 mil millones de toneladas (45 mil millones de toneladas) de dióxido de carbono. Aunque China jugó, y evidentemente todavía juega un papel importante en esto, la culpa no recae solo en este país.
Las emisiones han estado disminuyendo en gran parte del planeta, pero este descenso es menos significativo de lo que se esperaba.
En EE.UU., actualmente el dióxido de carbono se emite en menor cantidad de lo que se hacía antes, en gran parte gracias a la adopción de energía barata y limpia y al cambio del carbón a gas natural menos rico en carbono. Sin embargo, por primera vez en un tiempo, el uso del carbón ha aumentado muy levemente.
En Europa, las emisiones siguen disminuyendo, pero una vez más, el uso continuado del carbón en las principales naciones impide que sea tan rápido como se requiere.
India, un usuario prolífico de carbón, regularmente ha visto sus emisiones aumentar en un 6 por ciento año tras año. Esto fue solo un 2 por ciento para 2017, pero esto se considera una caída temporal.
Esta nueva investigación contradice otra, dada anteriormente, que sugería que una disminución más ambiciosa del límite de calentamiento de 1.5 °C (2.7 °F) podía ser alcanzada. Sin embargo, se basó en la idea de que el clima es menos sensible al dióxido de carbono de lo que se pensaba anteriormente.
La nueva evaluación del GCP no niega esto; aunque el clima es ciertamente menos sensible, significa que tenemos más tiempo y esperanza de lo que pensamos. Lo que sí señala, sin embargo, es que los niveles de dióxido de carbono ya no son planos, y deberían estarlo.
La mayoría de las estimaciones sugieren que si las emisiones globales de gases de efecto invernadero no alcanzan su punto máximo y caen en el año 2020, entonces el límite de calentamiento de 2 °C (3.6 °F) no podrían ser cumplidas. Si vemos este cambio como una nueva tendencia a futuro, entonces lo más seguro es que no lo lograremos.
Este artículo fue publicado en CodigoOculto.com
0 comentarios