Un grupo de científicos han encontrado la evidencia, hasta ahora, más temprana de vida en la Tierra en depósitos de aguas termales de 3.48 mil millones de años en Australia Occidental, y podría ayudarnos a resolver uno de los debates más importantes de la biología evolutiva – si la vida en la Tierra surgió en pequeños estanques terrestres o en el fondo del océano.
Estas firmas fósiles son tan viejas, que empujan hacia atrás la evidencia más temprana conocida de las aguas termales habitadas por unos 3.000 millones de años – algo que agrega peso a la sospecha de Charles Darwin de que el origen de la vida se produjo en «un pequeño estanque caliente».
El hallazgo no sólo nos da evidencia de que los microbios que están en aguas termales existieron mucho antes de lo que habíamos imaginado, sino que también aplasta el récord anterior de los signos más antiguos de vida microbiana en la Tierra en general: 2.7-2.900 millones de años de depósitos en el sur África.
Al hacerlo, los depósitos nos dan un escenario viable para la vida que surgió primero en tierra, en lugar de originarse en los respiraderos oceánicos antes de emigrar a las costas.
«Nuestras emocionantes conclusiones no sólo extienden atrás el récord de vida en aguas termales por 3 mil millones de años, también indican que la vida estaba habitando la tierra mucho antes de lo que se pensaba anteriormente, hasta cerca de 580 millones de años», dice uno de los investigadores, Tara Djokic, de la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW) en Australia.
«Esto puede tener implicaciones para un origen de la vida en aguas termales de agua dulce en tierra, en lugar de la idea más ampliamente discutida de que la vida se desarrolló en el océano y se adaptó a la tierra más tarde».
Djokic y sus colegas hicieron su descubrimiento analizando los depósitos increíblemente bien conservados de la antigua Formación Dresser en el Cráter Pilbara de Australia Occidental.
Estos depósitos habían sido previamente identificados como restos de un hábitat marino perdido hace mucho tiempo, pero nuevas pruebas sugieren que podríamos haber estado viéndolos mal todo este tiempo.
Según el nuevo estudio, la Formación Dresser contiene una firma reveladora de la tierra – un mineral llamado geyserite, que se encuentra exclusivamente en el entorno de aguas termales termal y géiseres.
Hasta ahora, la geiserita más antigua conocida se había identificado en rocas de 400 millones de años, lo que significa que si se puede confirmar la presencia de geiserita en depósitos de 3,48 millones de años, sería muho más viables que los antiguos calderos fueron escenarios de la primera vida del planeta.
No sólo eso, sino que el equipo ha identificado una serie de potenciales nuevas «biosignaturas» en los depósitos, incluyendo dos tipos diferentes de estromatolitos – capas de sedimentos empacados juntos por antiguas colonias bacterianas a base de agua – llamadas estromatolitos domo-cónicos ricos en hierro.
También encontraron marcas conocidas como «microbial palisade texture» preservadas en la piedra, así como rastros de burbujas (foto de arriba) que podrían haber quedado atrapados en una sustancia pegajosa producida por organismos microscópicos, lo que les ayudó a conservar su forma delicada durante varios miles de millones de años.
Juntas, la evidencia pinta una imagen de una antigua caldera volcánica (o cráter), llena de piscinas de aguas termales ricas en minerales o respiraderos que proporcionaron la química adecuada y condiciones cálidas para dar origen a formas primitivas de vida hace miles de millones de años.
El hallazgo también es un buen augurio para descubrir signos de vida antigua en otros planetas como Marte, que muestra evidencia de aguas termales en el pasado en su superficie.
«Esto demuestra que una variedad diversa de vida existió en agua dulce, en tierra, muy temprano en la historia de la Tierra», dice uno de los miembros del equipo, Martin Van Kranendonk, de UNSW.
«Los depósitos de Pilbara tienen la misma edad que la mayor parte de la corteza de Marte, lo que hace que los depósitos de aguas termales en el planeta rojo sean un objetivo apasionante para nuestra búsqueda de encontrar vida fosilizada allí».
Por supuesto, este tipo de hallazgos de antiguos fósiles son siempre controvertidos. La evidencia depende en gran medida de la interpretación, y otros investigadores podrían ver las marcas de burbujas o las firmas de geyserite de una forma diferente.
Pero si podemos encontrar signos similares de vida temprana en estanques terrestres, los científicos podrían simplemente ser capaces de identificar dónde nuestros antepasados más antiguos surgieron – y un origen de vida basado en la tierra ahora parece mucho más prometedor.
La investigación ha sido publicada en Nature Communications.
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