Desde que el «visionario» Edgar Cayce, a principio del siglo pasado, profetizara acerca de una cámara misteriosa que se hallaba debajo de la Esfinge de Guiza, muchos investigadores se han lanzado a la aventura sin mucho éxito.
El señor Cayce era un espiritista sin conocimientos de historia, se dedicaba a realizar sesiones de trance, donde, al parecer, contactaba con seres extraterrestres. Estos últimos le contaron que todo el secreto del antiguo Egipto se concentraba en una cámara llamada, «la cámara de los registros», donde estaban todos los documentos que explicaban los misterios que subsisten actualmente en la civilización faraónica. Cayce adelantaba que en dichos documentos se explicaba claramente la relación entre Egipto y otra civilización de la cual era depositaria. Como adivinará el lector, esta civilización era, ni más ni menos, que la Atlántida.
Ahora empecemos a desentrañar este enigma y ver que se sabe actualmente sobre este enigma de la historia.
Hay varios ojos. Incluso la Esfinge tiene ojos, y como resultado hay varias verdades, y como resultado no hay verdad.” Friedrich Nietzsche
La estela del sueño:
Uno de los indicios que impulsan a muchos investigadores a creer que debajo de la Esfinge se encuentra una cámara es la propia estela del sueño. Atribuida al faraón Tutmosis IV, se pueden observar dos Esfinges, bajo las cuales se observan sendos templos con columnas y habitaciones. Sobre la teoría de una segunda Esfinge hemos hablado en este otro artículo, pero el haber dejado en piedra la imagen de esas estructuras debajo de ellas es, cuanto menos sospechoso.
El agujero de la cabeza:
Poco se sabe de este agujero, si conduce a alguna entrada o no. Se trata de otro enigma que se nos escapa, pues hoy día está tapado por completo. Se cree que pudo ser el soporte de una corona. Seguramente se ahondó con dinamita en el siglo XIX, época en la que casi todo se solucionaba con explosivos. Sea como fuere yo me pregunto. ¿Por qué se tapó? Si fuera por problemas de lluvia (¿en Egipto?) ¿Por qué no protegerlo en vez de modificar o violar el propio monumento?
Túnel posterior de la Esfinge
Por increíble que parezca, actualmente se conocen varios túneles debajo de la Esfinge, los cuales están cerrados a cal y canto para el turismo.
Durante los años 80, la Esfinge se encontraba en uno de sus muchos periodos de restauración. Esta vez, eran supervisados tanto por Mark Lehner como Zahi Hawass. Estos arqueólogos habían recibido varios rumores acerca de extraños túneles que se encontraban en la cola del «león», pero desgraciadamente, toda la zona había sido restaurada con sillares, por lo que la entrada al hipotético pasadizo se encontraba totalmente oculta desde el año 1926, fecha en la que el arqueólogo francés Émile Baraize realizó la última restauración del monumento. Sin embargo, encontraron a unos obreros ancianos que aportaron unas pistas esenciales. Hacía 60 años, habían visto la entrada y los dirigieron a donde su maltrecha memoria aún les indicaba. Efectivamente, dieron con un bloque de piedra con una aparecían algo distinta al resto, solo restaba extraerlo.
Se descubrió un túnel de 1 metro de ancho cuya longitud alcanzaba los 9 metros. Una parte asciende a través de las patas traseras mientras que la otra desciende verticalmente hacia la roca madre de la meseta.
Yo me pregunto, ¿eran dichos túneles originales de la IV dinastía? ¿o fueron hechos posteriormente? La verdad es que el acabado de estos pasadizos no es muy esquisito, al no tener las paredes pulidas como los de la Gran Pirámide.
En la parte superior del túnel aparecen unos agujeros en la pared, como si fueran hechos para ayudarse en la ascensión. Sin embargo, podrían ser parte de la arquitectura de una tumba privada, puesto que se cuenta con ejemplos similares en otras tumbas.
Túnel lateral
En los años 90, a raiz de los trabajos del geofísico estadounidense Thomas Dobecki, se descubrieron cuatro cavidades excavadas en la roca madre entre las patas de la Esfinge y a lo largo de sus lados. Una de ellas, medía 9 x 12 x 5 metros, lo que la convertía en una cámara bastante grande para ser de origen natural puesto que, además, su estructura parecía a todas luces artificial.
¿Por qué no se han investigado estas cámaras? No existen trabajos que esten disponibles para poder consultar, lo que lo hace muy extraño.
El túnel de detrás de la cabeza:
Transcurría el año 1978 cuando (de nuevo) Zahi Hawass descubrió otro túnel. A raíz de una de los datos de las exploraciones realizadas por Howard Vyse en el año 1837, Hawass encontró un agujero de más de medio metro. Seguramente, conociendo como se las gastaba el coronel, fue realizado a base de dinamita. En uno de los cuadernos de investigación se registró un dato interesante: dentro del agujero se encontró una pieza perteneciente al tocado de la Esfinge.
Pero aún hay más:
Como hemos comentado al principio, Baraize fue el responsable de la campaña de excavación que, durante los años 1926-1928, fue realizada en la Esfinge. Uno de sus ayudantes, Pierre Lacau, registró en sus archivos la existencia de otro túnel más a añadir a la colección. Éste se encontraría en la parte norte de la panza del león, donde una fotografía (la CI19 de sus archivos) muestra la existencia de una entrada bastante grande, gracias a la comparativa que se puede hacer con el tamaño de otro ayudante que aperece en la foto. Por desgracia esa foto es imposible de conseguir, puesto que no existe copia digital actualmente según nos han informado.
El trabajo con taladros de Hawass y Lehner
El doctor Zahi Hawass y Mark Lehner, junto con la Universidad de El Cairo, realizaron en el año 2009 unos trabajos alrededor de la Esfinge. Estos consistían en taladrar el suelo junto a la <>, debido a que habían sido alertados de un posible daño a esta y sus templos adyacentes, ocasionado por las aguas subterráneas. De este modo, podrían testar dichas aguas y en caso de que fuera necesario, drenar la zona.
Se realizaron ocho agujeros con una profundidad de 10 metros, donde pudieron sacar muestras del interior de la roca madre. Según sus investigaciones nada inusual fue encontrado.
Sin embargo, tanto el egiptólogo Nacho Ares, como el periodista Javier Sierra, recientemente declararon en un medio radiofónico, que en los años 80, el propio Zawass realizó taladros a 15 metros, donde se encontraron restos de granito rojo. Consultados por este blog, los investigadores, los cuales han recorrido dichos túneles, confirman que la respuesta sigue siendo afirmativa, allí apareció granito rojo, el cual es IMPOSIBLE que se halle de forma natural en la meseta de Guiza. Su existencia solo puede atribuirse a una construcción artificial, seguramente con piedra procedente de Asuán (donde existe una cantera de granito rojo utilizada por los Egipcios de la IV dinastía)
Conclusión:
La meseta de Guiza es un verdadero misterio, repleto de pasadizos y cámaras aún por descubrir. El reciente hallazgo de la tumba de osiris, junto con otros pasadizos encontrados, nos muestran que existen más cámaras ahí abajo de las que sabemos. Faltan los permisos adecuados para seguir trabajando y actualmente ya no se puede argüir que se pone en peligro el legado arqueológico porque, gracias a la tecnología actual, disponemos de medio no invasivos para poder comprobarlo.
Este artículo fue publicado originalmente en HistoriaEnigmatica y ha sido publicado nuevamente en CodigoOculto.com con permiso.
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Con la política que les es característica, tanto la CIA como la NSA pudieron haber impulsado investigaciones dentro del marco de la iniciativa de prospección por Visión Remota.
Quizás dentro del volumen de informes que manejan tanto Assange como Snowden, puede haber constancias de testimonios relevantes.
Por otra parte, tenemos las aseveraciones de ese supuesto adulto índigo ruso Boris Kipriyanovich (aka “Boriska”) relativas a una “llave”, en la estructura de la Esfinge, capaz de abrirla y revelar al mundo todos sus secretos.