Avi Loeb sugiere que 3I/ATLAS podría ser una “nave nodriza” que soltaría minisondas para estudiar objetivos
Publicado el 11 Oct 2025
© Imagen: GPT-5 / NASA / ESA / STScI. - Edición: codigooculto.com

El objeto interestelar 3I/ATLAS se aproxima a su punto más cercano al Sol. Algunos astrónomos prevén su desintegración, mientras otros contemplan una posibilidad más audaz: que se trate de un artefacto tecnológico interestelar, como lo ha sugerido recientemente el mediático Avi Loeb. A medida que se acerca el 29 de octubre de 2025, la atención científica se centra en lo que podría revelar su comportamiento en el perihelio.

La incertidumbre de un visitante interestelar

El profesor Avi Loeb, del Departamento de Astronomía de la Universidad de Harvard, sostiene que el caso de 3I/ATLAS es particularmente importante porque podría ofrecer nuevas pistas sobre la naturaleza de los objetos interestelares que cruzan nuestro sistema. Hasta ahora, las imágenes obtenidas por distintas misiones muestran un objeto tenue y difuso, sin fragmentos secundarios confirmados.

Loeb señala:

“Si observamos múltiples puntos luminosos que se separan del cuerpo principal, eso indicaría una fragmentación. Pero si los vemos seguir trayectorias coherentes, podríamos estar ante algo diferente”.

La distancia mínima que alcanzará respecto al Sol será de unos 203 millones de kilómetros. En esa fase crítica, los astrónomos esperan determinar si su superficie comienza a liberar material o si mantiene una estructura estable. La cuestión fundamental es si su comportamiento se asemeja al de un cometa frágil o si revela características no explicables por procesos naturales.

El riesgo de desintegración

Los cometas suelen fragmentarse por tres razones principales: el calor solar que sublima los hielos, la aceleración rotacional provocada por chorros de gas y las tensiones gravitatorias en las cercanías de cuerpos masivos. Según Loeb, “los cometas se desintegran principalmente por el calentamiento del Sol; el gas liberado actúa como propulsión desigual que puede romper el núcleo”. Esta posibilidad sitúa a 3I/ATLAS en una categoría de riesgo elevada, pues la radiación solar aumentará drásticamente conforme se aproxime a su perihelio.

La desintegración, de ocurrir, produciría una serie de puntos luminosos que se dispersarían del núcleo central. Este patrón es típico de los cometas de baja cohesión interna y podría observarse durante las semanas posteriores a su máxima aproximación. Las misiones espaciales y telescopios terrestres dedicarán especial atención a este periodo para registrar cualquier cambio en su morfología.

Imagen del cometa Shoemaker-Levy 9 tomada por el telescopio espacial Hubble el 17 de mayo de 1994. La imagen muestra una estela de 21 fragmentos helados que se extiende a lo largo de 1.1 millones de kilómetros, desgarrados por la fuerza de marea de Júpiter.

Imagen del cometa Shoemaker-Levy 9 tomada por el telescopio espacial Hubble el 17 de mayo de 1994. La imagen muestra una estela de 21 fragmentos helados que se extiende a lo largo de 1.1 millones de kilómetros, desgarrados por la fuerza de marea de Júpiter. Crédito de imagen: NASA / ESA / STScI, H. Weaver y E. Smith

La hipótesis tecnológica

Más allá de la explicación natural, Loeb ha propuesto un escenario alternativo: la posibilidad de que 3I/ATLAS sea un objeto artificial capaz de liberar unidades más pequeñas o sondas. El astrofísico describe este concepto como una “nave nodriza que dispersa semillas interestelares”, una metáfora inspirada en la biología vegetal. Si esta hipótesis resultara cierta, la fragmentación no sería un colapso, sino un despliegue controlado. Loeb plantea que “si tras el perihelio se observan pequeños objetos que se separan con trayectorias consistentes, habrá que considerar la posibilidad de que estemos presenciando una maniobra deliberada”, como una nave nodriza lanzando minisondas con el propósito de estudiar objetivos cercanos.

El investigador no afirma que esa interpretación sea la correcta, sino que resalta la importancia de recopilar evidencia empírica antes de descartar cualquier alternativa. Su postura ha generado tanto apoyo como escepticismo dentro de la comunidad científica, que sigue dividida entre quienes ven en 3I/ATLAS un simple remanente cósmico y quienes contemplan la remota posibilidad de un origen tecnológico.

Lo que se espera observar

Las próximas semanas después del 29 de octubre serán decisivas. Si el objeto muestra una fragmentación irregular, su destino quedará sellado como el de un cometa frágil. Pero si, en cambio, aparecen unidades más pequeñas que mantienen un patrón ordenado o presentan trayectorias independientes con estabilidad prolongada, el debate adquirirá otra dimensión. En tal caso, la primera tarea científica será descartar errores de observación, interferencias o efectos de iluminación antes de plantear hipótesis extraordinarias.

La misión JUICE, actualmente en el sistema solar exterior, podría contribuir con observaciones complementarias, al igual que las redes de seguimiento planetario. Cualquier señal de fragmentos controlados, aceleraciones anómalas o reflejos metálicos sería motivo de un estudio detallado. No obstante, Loeb insiste en que “la prudencia es esencial: debemos permitir que los datos guíen la interpretación y no al revés”.

Imagen del descubrimiento de 3I/ATLAS por el telescopio ATLAS en Chile el 1 de julio de 2025.

Imagen del descubrimiento de 3I/ATLAS por el telescopio ATLAS en Chile el 1 de julio de 2025. Crédito de imagen: ATLAS / Universidad de Hawái/NASA

Entre la ciencia y la posibilidad

El caso de 3I/ATLAS recuerda episodios anteriores como el de ‘Oumuamua, el primer visitante interestelar detectado en 2017, cuyo comportamiento no se ajustó del todo a los modelos conocidos de cometas o asteroides. En aquella ocasión, el mismo Loeb defendió que la aceleración de ‘Oumuamua podría deberse a un diseño artificial, lo que abrió un debate global sobre la búsqueda de tecnología extraterrestre. Con 3I/ATLAS, la historia parece repetirse, aunque con una ventaja: ahora la comunidad científica cuenta con más instrumentos para seguir de cerca su evolución.

Si finalmente se trata de un cuerpo natural, su estudio permitirá entender mejor los materiales y las fuerzas que actúan sobre los objetos interestelares. Pero si mostrara un patrón incompatible con la física cometaria, estaríamos frente a un descubrimiento de consecuencias incalculables. En cualquiera de los casos, el fenómeno ofrecerá información valiosa sobre los procesos dinámicos que rigen el tránsito de materia entre sistemas estelares.

Conclusión

El 29 de octubre de 2025 marcará un punto de observación sin precedentes. En palabras de Avi Loeb, “debemos vigilar si se rompe en puntos de luz más pequeños; de no hacerlo, estaremos ante algo que desafía nuestras expectativas”. La ciencia se prepara para registrar cada detalle de este visitante, consciente de que incluso una desintegración ordinaria puede arrojar datos extraordinarios sobre el material interestelar. Si, en cambio, 3I/ATLAS actúa de manera inesperada, el misterio apenas comenzará.

Ojo al piojo:

Siento que Avi Loeb se está inclinando hacia el lado de “I want to believe” o “Quiero creer”, y alejándose de su postura científica. ¿Por qué lo pienso? En una reciente entrevista, le preguntaron a Loeb: “¿Cuál es la probabilidad que usted asigna a un origen tecnológico de 3I/ATLAS?”. Loeb responde: “asigno una probabilidad del 30-40% de que 3I/ATLAS no tenga un origen completamente natural, con base en las anomalías nombradas anteriormente”. Además, Loeb expresa que 3I/ATLAS podría ser un “Caballo de Troya”, donde un objeto tecnológico se hace pasar por un cometa natural…

¿Sabe Loeb algo más que nosotros no? … Si Loeb supiera algo inusual del objeto interestelar, otros astrónomos también lo sabrían, por lo que es poco probable que se trate de eso. Quizá Loeb esté rozando los límites de la conspiranoia, y en el proceso su credibilidad podría quedar fragmentada, como el futuro que imagina para 3I/ATLAS.

Siento que Avi Loeb se está inclinando hacia el lado de "I want to believe" o "Quiero creer", y alejándose de su postura científica.

Siento que Avi Loeb se está inclinando hacia el lado de “I want to believe” o “Quiero creer”, y alejándose de su postura científica. Crédito de imagen: GPT-5 – Edición: codigooculto.com

¿Y qué opino yo? Bueno, luego de tantas anomalías, explicaciones e imágenes captadas, puedo decir que 3I/ATLAS es un COMETA, aunque no entra en la lista de típicos cometas; pero a fin de cuentas sí clasifica como algo natural. Sería bonito para mí que se trate de una nave interestelar, pero las cosas como son. Lamentablemente en redes sociales se comparten muchas imágenes falsas y algunas que sobrepasan los peores niveles de lo absurdo. Sugiero no se dejen llevar por ese tipo de informaciones, y menos aún de personajes famosos ya por difundir/monetizar un FRAUDE cada año (o a veces más de uno).

Referencias: “Will 3I/ATLAS Break Up?”, Avi Loeb (Fuente)

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Por: CodigoOculto.com

Redacción CODIGO OCULTO

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La verdad es más fascinante que la ficción.

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