Cuando drones desconocidos atraviesan el espacio aéreo de países de la OTAN, no se trata de incidentes aislados: podrían marcar una nueva etapa de la guerra híbrida en Europa. La reciente ola de incursiones aéreas ha encendido alarmas en distintos gobiernos y exige revisar cómo se defiende la región frente a amenazas discretas pero estratégicamente agresivas.
Una ola de drones misteriosos en Europa
El 22 de septiembre, el aeropuerto de Copenhague interrumpió sus operaciones debido a la aparición de hasta tres drones no identificados. El suceso obligó a desviar vuelos y elevar el nivel de alerta. Poco después se supo que incidentes similares habían sido reportados en otros países de la alianza, entre ellos Alemania, Francia y Lituania. La tendencia mostró que no se trataba de un hecho aislado, sino de un patrón que atraviesa varios espacios aéreos de la OTAN.
Lo particular de estos drones es que no buscan causar daños inmediatos, sino merodear en torno a aeropuertos, bases militares e infraestructuras críticas. Más que ataques, parecen pruebas de reconocimiento o provocaciones diseñadas para observar reacciones y sembrar incertidumbre.
El concepto de “guerra híbrida”
Estas incursiones encajan con las tácticas de lo que se conoce como guerra híbrida: un conjunto de operaciones que mezcla espionaje, propaganda, sabotaje tecnológico y acciones militares indirectas. Su objetivo no es la confrontación abierta, sino desgastar la moral, explorar vulnerabilidades y debilitar la cohesión de los adversarios.
Analistas consideran que estas maniobras podrían vincularse con doctrinas de control reflexivo, en las que se busca manipular la percepción del enemigo para condicionar sus decisiones sin un enfrentamiento directo.

Aeropuerto de Copenhague, donde la actividad de drones registrada en septiembre de 2025 provocó cierres temporales. Crédito de imagen: T. C. Leibrandt / Wikimedia Commons
Respuesta de la OTAN
Ante estos incidentes, la OTAN ha intensificado medidas de seguridad. Se puso en marcha la operación Eastern Sentry en Europa del Este, se reforzó la vigilancia naval en el mar Báltico y varios países miembros aprobaron normas que autorizan derribar drones en caso de violación del espacio aéreo. Además, se discute la creación de una “pared de drones” (o “muro de drones”) equipada con radares, sistemas de bloqueo electromagnético y defensas cibernéticas que permitan responder de forma rápida y coordinada.
Los retos de defender el espacio aéreo
La defensa contra drones presenta múltiples desafíos. Estos dispositivos suelen ser pequeños, silenciosos y difíciles de distinguir de aeronaves civiles. Además, las restricciones internacionales limitan las respuestas militares cuando no hay pruebas claras de agresión. También persisten dificultades técnicas para integrar sistemas de detección y neutralización entre diferentes países de la alianza, lo que ralentiza las reacciones conjuntas.
En este contexto, el equilibrio es delicado: reaccionar con firmeza para disuadir futuras incursiones, pero sin caer en respuestas desproporcionadas que escalen el conflicto.

Drones sobre Europa. Una preocupación que podría escalar a una guerra híbrida. Crédito de imagen: linkedin
Más allá de la tecnología
El problema no es únicamente militar o tecnológico, sino también político y estratégico. Los drones misteriosos ponen a prueba la unidad de la OTAN y la confianza mutua entre sus miembros. Al mismo tiempo, generan debate público y preocupación social, factores que pueden ser aprovechados por actores hostiles para debilitar la percepción de seguridad colectiva.
La oleada de incursiones de drones en espacio aéreo europeo plantea un desafío serio para la OTAN. No amenazan con misiles ni con ataques directos, pero exponen vulnerabilidades que pueden ser explotadas en un escenario de guerra híbrida. Según los analistas occidentales, la alianza debería adaptarse para enfrentar amenazas invisibles, que no buscan la destrucción inmediata, sino la erosión lenta de la confianza y la cohesión. Plantean reforzar la cooperación internacional, modernizar los sistemas de defensa y mantener la calma estratégica frente a provocaciones calculadas.
Actualizaciones:
Recientemente, se han registrado incidentes con drones en Polonia, Dinamarca, Rumanía y Estonia. En Polonia, más de una docena de drones violaron el espacio aéreo, mientras que en Dinamarca se cerró el aeropuerto de Copenhague por un incidente similar. La ministra finlandesa de Asuntos Exteriores, Elina Valtonen, ha indicado que Europa no debe alarmarse, y Alexandr Burilkov de GLOBSEC coincide.
Se ha propuesto una defensa llamada “muro de drones”, que incluye a diez Estados miembros: Bulgaria, Dinamarca, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, Rumanía, Eslovaquia y Finlandia, además de Ucrania. La OTAN también se ha unido a este plan defensivo.
Algunos funcionarios europeos han mencionado la posibilidad de una escalada en la región. Christian Stocker, canciller federal de Austria, describió las violaciones del espacio aéreo por drones, supuestamente rusos, como una “peligrosa provocación” que podría provocar una escalada mayor.
El mandatario de Austria mencionó que su país, que es neutral y no es parte de la OTAN, ha anunciado un aumento en las capacidades y estructuras de su Ejército.
Han surgido voces, en OTAN y analistas simpatizantes de la alianza, de que los drones tendrían un origen ruso o chino. Sin embargo, hasta ahora no hay evidencias para confirmar el origen de estos vehículos no tripulados.
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Por: CodigoOculto.com
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