Una noche en la carretera secundaria 210, en Currie, Carolina del Norte, un conductor que se identifica como “T” hizo una llamada al 911 para reportar lo que creía era un hombre herido al costado del camino. Según el informe, vio lo que parecía ser un hombre joven, de unos treinta años, vestido con un uniforme antiguo de la Guerra Civil, golpeado y con sangre. Esa primera visión desencadenó una cadena de hechos que él describe como aterradores.
Mientras tenía aún la línea con la operadora del 911, el conductor sintió un fuerte golpe en la parte trasera de su camioneta. Al encender la luz de la caja de carga, vio algo que lo dejó paralizado: un rostro blanco, tan pálido como la nieve, presionando la ventanilla trasera. Describió ojos profundamente hundidos, sin nariz ni orejas perceptibles, y piel tensa que parecía estirarse sobre un cráneo humano. La criatura comenzó a arañar y golpear el techo de la cabina.
Presa del pánico, “T” pisó el acelerador hasta cerca de setenta ochenta millas por hora (alrededor de 120-130 km/h), luego frenó bruscamente. La criatura salió disparada por encima de la cabina y cayó al asfalto. En su espejo retrovisor vio cómo se ponía de pie; él la calculó una altura de 2.10 metros, con brazos y piernas muy largos. Luego desapareció corriendo hacia el bosque cercano.
Lo que siguió tras el aterrador encuentro cercano
Después del choque emocional, el conductor llegó a una estación de servicio y reportó lo ocurrido a la oficina del sheriff del condado de Pender y a la Patrulla de Carreteras del Estado. Al inspeccionar la camioneta, agentes observaron marcas visibles de arañazos en el techo de la cabina, aparentemente coherentes con lo que describía el conductor.
El sheriff Alan Cutler expresó que escuchar la grabación de la llamada al 911 causa una reacción de nerviosismo, pues se percibe la voz del conductor alterada, entrecortada, angustiada. Confirmó también que hay un historial en la zona del Campo de Batalla Nacional de Morris Creek de residentes que han reportado ruidos extraños, luces sin explicación o avistamientos misteriosos durante la noche.
Hasta el momento del reporte, no ha sido hallado ningún rastro del hombre al que el conductor creía haber visto inicialmente ni evidencia concreta que permita identificar la criatura.
Descripción del lugar y antecedentes
El incidente ocurrió de noche, lo que agrega dificultad a la visibilidad y la identificación de objetos o seres. La carretera 210 pasa por zonas rurales muy boscosas, lejos de iluminación artificial, lo que aumenta la posibilidad de confundir siluetas o sombras. El historial del área incluye reportes locales de fenómenos extraños, lo que ha generado en la comunidad expectativa, temor y curiosidad.
Interpretaciones del relato
El conductor insiste en que, desde su perspectiva, lo que vio y sintió no era humano. La descripción del rostro pálido, la ausencia de nariz o orejas visibles, la piel estirada sobre el cráneo, la altura estimada, todo conforma una imagen que, para él, se distancia de lo que uno llamaría una persona herida normal.
El hecho de que haya marcas físicas en su vehículo agrega un elemento tangible al relato, aunque no permite confirmar identidad ni naturaleza de la criatura. La llamada al 911 funciona como registro directo de su estado emocional, lo que refuerza la autenticidad del testimonio, al menos como experiencia subjetiva.
Qué sabemos que no se ha confirmado
No existe, hasta ahora, evidencia fotográfica o visual clara que confirme la presencia de esa criatura; no hay video conocido, ni imágenes oficiales difundidas que coincidan con la narrativa. Tampoco se ha identificado al “hombre herido” que el conductor creyó ver al principio, ni se ha presentado un informe médico ni de policía con pruebas más allá de las marcas en la camioneta.
Además, no hay confirmación de testigos independientes que hayan visto lo mismo desde otro ángulo ni se ha establecido causa oficial para las marcas encontradas que coincidan con el relato de la criatura.
Se tiene el audio de la llamada real, a continuación:
Reflexión
Este caso figura como uno más dentro de aquellos reportes de encuentros inexplicables que circulan en medios de misterio o comunidades locales. Tiene ingredientes comunes: carretera solitaria de noche, testigo alterado, detalles visuales intensos, marcas físicas, historia local de avistamientos. Pero hasta ahora permanece en el terreno del misterio sin una resolución confirmada.
Para muchas personas, historias así evocan miedos muy antiguos; para otras, representan oportunidades de explorar lo desconocido, investigar fenómenos que no encajan con lo cotidiano. En cualquier caso, este encuentro en Carolina del Norte se suma a la lista de relatos que desafían lo ordinario y despiertan preguntas sobre qué puede haber en lo oscuro del bosque, más allá de nuestra capacidad de ver con claridad.
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Por: CodigoOculto.com
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