De acuerdo a reciente estudio, la razón por la que no hemos detectado señales de vida inteligente en el universo es porque las civilizaciones extraterrestres que las pudieron haber emitido ya están extintas.
El universo es un lugar muy grande. Con 200 billones de trillones de estrellas en el universo y 13.700 millones de años transcurridos desde su inicio, cabe preguntarse dónde están todas las civilizaciones extraterrestres. Esta es la cuestión básica que subyace a la paradoja de Fermi, la tensión entre nuestras sospechas sobre el potencial de vida en el universo (dados los planetas encontrados en zonas habitables, etc.) y el hecho de que sólo hayamos encontrado un planeta habitado por una especie inteligente.
Se han propuesto todo tipo de soluciones para la paradoja de Fermi, desde la más simple -la vida podría ser rara, y las diferencias en el tiempo y el espacio demasiado grandes para comunicarse- hasta que los alienígenas nos mantengan aislados en una especie de zoo galáctico. Algunos afirman que los alienígenas simplemente exterminan a otras especies en lugar de competir con ellas por los recursos, por lo que todos los demás intentan permanecer en silencio, mientras que otros escenarios, igualmente sombríos, sugieren que los alienígenas no necesitan mucha ayuda para exterminarse a sí mismos, muchas gracias.
El nuevo artículo se sitúa en este último bando, sugiriendo que las civilizaciones alienígenas llegan a su fin mucho antes de tener la oportunidad de entablar conversación con otros seres inteligentes. Según el artículo, que aún no ha sido revisado por pares, las civilizaciones inteligentes probablemente acaben con su existencia debido al cambio climático en cualquier planeta que habiten, en plazos astronómicamente muy cortos.
Se pueden aplicar las leyes de la termodinámicas
En este universo obedecemos las leyes de la termodinámica. Todo se mueve hacia el desorden, y no importa lo eficiente que intentemos hacer la generación de energía, siempre produciremos calor residual. Es probable que las civilizaciones tecnológicas se encuentren siempre con los problemas a los que se enfrenta la humanidad en este momento: un planeta cada vez más inhabitable para ella, y para cualquier criatura con la que comparta el planeta.
El equipo escribe en su artículo:
“Nuestro análisis sugiere que, si la tasa de crecimiento energético es del orden del 1% anual, la vida útil máxima de estas supuestas tecnosferas es efímera en comparación con la evolución estelar. El límite superior de la vida útil de las tecnosferas es relativamente insensible al tipo espectral estelar, y su duración es meramente de cientos de años”.
Si las civilizaciones duran sólo mil años como máximo, y son relativamente raras, detectar su presencia sería poco probable, y ofrecería una solución parcial a la paradoja de Fermi. Según el equipo, “no hemos encontrado especies tecnológicas porque son raras en un momento dado”.
Civilizaciones extraterrestres podrían ya estar “muertas”
Esto no quiere decir que no podamos captar señales de tales civilizaciones, pero podría significar que para cuando las recibamos probablemente estén muertas, o muertas desde hace mucho tiempo. Se han propuesto todo tipo de soluciones para la paradoja de Fermi, desde la más simple -la vida podría ser rara y las diferencias en el tiempo y el espacio demasiado grandes para comunicarse- hasta que los alienígenas nos mantengan aislados en una especie de zoo galáctico. Algunos afirman que los alienígenas simplemente exterminan a otras especies en lugar de competir con ellas por los recursos, por lo que todos los demás intentan permanecer en silencio, mientras que otros escenarios, igualmente sombríos, sugieren que los alienígenas no necesitan mucha ayuda para exterminarse a sí mismos, muchas gracias.
Crédito de imagen: depositphotos.com
El nuevo artículo se sitúa en este último bando, sugiriendo que las civilizaciones alienígenas llegan a su fin mucho antes de tener la oportunidad de entablar conversación con otros seres inteligentes. Según el artículo, que aún no ha sido revisado, es probable que las civilizaciones inteligentes lleguen a su fin debido al cambio climático en cualquier planeta que habiten, en plazos astronómicamente muy cortos.
En este universo obedecemos las leyes de la termodinámica. Todo se mueve hacia el desorden, y no importa lo eficiente que intentemos hacer la generación de energía, siempre produciremos calor residual. Es probable que las civilizaciones tecnológicas se encuentren siempre con los problemas a los que se enfrenta la humanidad en este momento: un planeta cada vez más inhabitable para ella, y para cualquier criatura con la que comparta el planeta.
El equipo escribe en su artículo:
“Nuestro análisis sugiere que, si la tasa de crecimiento energético es del orden del 1% anual, la vida útil máxima de estas supuestas tecnosferas es efímera en comparación con la evolución estelar.
El límite superior de la vida útil de las tecnosferas es relativamente insensible al tipo espectral estelar, y su duración es meramente de cientos de años”.
“Las civilizaciones podrían durar solo mil años”
Si las civilizaciones duran sólo mil años como máximo, y son relativamente raras, detectar su presencia sería poco probable, y ofrecería una solución parcial a la paradoja de Fermi. Según el equipo, “no hemos encontrado especies tecnológicas porque son raras en un momento dado”.
Crédito de imagen: YolGezer / Pixabay
Esto no quiere decir que no podamos captar señales de tales civilizaciones, pero podría significar que para cuando las recibamos probablemente estén muertas, o muertas desde hace mucho tiempo. La detección de vida extraterrestre, sugieren, puede venir de ver el daño duradero que una civilización hizo a su planeta antes de destruirse a sí misma.
El equipo considera brevemente las opciones de que disponen las civilizaciones avanzadas y en constante expansión para combatir este exceso de generación de calor, como alterar la atmósfera con aerosoles, alterar su estrella o empujar su planeta hacia una órbita preferible. Sin embargo, sugieren que las civilizaciones pueden aumentar drásticamente su longevidad aprendiendo a vivir dentro de sus posibilidades y reduciendo su consumo de energía.
Manasvi Lingam, coautora del estudio, dijo en un comunicado:
“Si una especie ha optado por el equilibrio, ha aprendido a vivir en armonía con su entorno, esa especie y sus descendientes podrían sobrevivir quizá hasta mil millones de años.
Quizá deberíamos intentarlo, en lugar de convertirnos en un fantasma espacial que alguna especie alienígena inteligente igualmente condenada pueda detectar”.
Los hallazgos de la investigación han sido publicados en el servidor de preimpresiones arXiv
[FT: livesci].
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