¿Qué ocurre luego de morir? Esta es una pregunta que ha intrigado a muchas personas, y ahora una nueva investigación sugiere que podría ser mucho más agitado de lo que la mayoría espera.
Jimo Borjigin, profesora de neurología de la University of Michigan, cree que sus increíbles hallazgos son “sólo la punta de un inmenso iceberg” y que aún queda mucho por investigar, pero es un buen comienzo.
Como a muchos de nosotros, le intrigaban los supuestos fenómenos que rodean a las experiencias cercanas a la muerte y la pregunta del millón: ¿qué ocurre cuando abandonamos este mundo mortal?
Cuando la ciencia quiere saber lo que ocurre luego de morir
A la neurocientífica estadounidense no le convencían las afirmaciones de pacientes supervivientes sobre experiencias extracorpóreas o encuentros con el más allá, pero sospechaba que algo bullía en sus cerebros.
En 2013, Borjigin llevó a cabo un estudio en ratas en su laboratorio en el que detectó que los animales tenían un alto nivel de ondas cerebrales después de que sus corazones se detuvieran y sus cerebros perdieran oxígeno.
Sugirió que el aumento de la actividad eléctrica podría ser responsable de las cosas extrañas que la gente reporta después de una experiencia cercana a la muerte, ya que podría indicar un mayor estado de conciencia en los seres humanos.
La profesora Borjigin dijo en un comunicado:
“Mucha gente pensaba que el cerebro después de la muerte clínica estaba inactivo o hipoactivo, con menos actividad que en el estado de vigilia, y nosotros demostramos que no es así.
En todo caso, es mucho más activo durante el proceso de la muerte que incluso en el estado de vigilia”.
A raíz de su descubrimiento, decidió seguir investigando, pero esta vez necesitaba estudios de casos humanos.
Borjigin dijo a The Guardian en abril de este año:
“Morir es una parte esencial de la vida. Pero no sabíamos casi nada del cerebro moribundo”.
Examinaron el cerebro de pacientes fallecidos
Para averiguarlo, Borjigin y varios colegas empezaron a analizar el registro de la actividad eléctrica del interior del cerebro de pacientes que habían fallecido en la unidad de cuidados neurointensivos de la University of Michigan.
Uno de ellos era una mujer embarazada de 24 años a la que sus seres queridos habían retirado el soporte vital en 2014 tras entrar en coma profundo mientras sufría una grave inflamación en el cerebro.
Y cuando su familia tomó la desgarradora decisión de retirarle el tratamiento, ocurrieron una serie de cosas extrañas.
Borjigin dijo:
“Creo que lo que hemos encontrado es sólo la punta de un enorme iceberg. Lo que aún queda bajo la superficie es un relato completo de cómo se produce realmente la muerte. Porque ocurre algo ahí dentro, en el cerebro, que no tiene sentido”.
Después de que a la mujer -conocida como Paciente Uno- se le retirara el oxígeno y las enfermeras le quitaran el tubo de respiración de la garganta, su cerebro se iluminó con una ráfaga de actividad.
El cerebro emitía señales eléctricas de alta frecuencia al fallecer
La investigación, que se publicó por primera vez el año pasado, descubrió que el órgano zumbaba con señales eléctricas de alta frecuencia llamadas ondas gamma en zonas que habían permanecido “casi en silencio” mientras permanecía con respiración asistida.
Borjigin explicó:
“Mientras moría, el cerebro de la Paciente Uno funcionaba en una especie de hipervelocidad”.
Señaló que las secciones del cerebro que los científicos consideran una “zona caliente” para la conciencia se encendían con ondas gamma, relacionadas con la recuperación de recuerdos y los sueños.
El equipo de investigación detectó señales en una sección durante más de seis minutos, mientras que se produjo una “intensa sincronización” de las ondas cerebrales de la Paciente Uno durante unos dos minutos después de que se le retirara el suministro de oxígeno.
Esta actividad disminuyó durante unos 18 segundos, antes de aumentar de nuevo durante más de cuatro minutos, volver a disminuir y regresar de nuevo, mientras otras partes de su cerebro estaban en “estrecha comunicación” entre sí.
Según Borjigin, también se iluminaron partes del cerebro relacionadas con la empatía.
Estos hallazgos llevaron a la profesora a la conclusión de que la Paciente Uno probablemente experimentó una “experiencia cercana a la muerte con muchas de sus características principales”, como ver una luz brillante y flashbacks.
“Cerebro sigue funcionando luego de morir”
Considera que esto sugiere que la idea de que el cerebro deja de funcionar inmediatamente en el momento de la muerte es falsa.
Borjigin agregó:
“En contra de lo que todo el mundo cree, el cerebro está muy activo durante la parada cardiaca.
El cerebro es tan resistente, el corazón es tan resistente, que hacen falta años de abuso para matarlos. ¿Por qué entonces, sin oxígeno, una persona perfectamente sana puede morir en 30 minutos, de forma irreversible?”.
Los hallazgos de la investigación han sido publicados en Proceedings of the National Academy of Science.
[FT: theguardian | michiganmedicine]
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Crédito imagen de portada: depositphotos.com
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