Un conjunto de símbolos en un templo asirio y considerado como un misterioso “código” por muchos años ha sido descifrado por un arqueólogo. Puede representar constelaciones y deletrear el nombre de un antiguo rey en las estrellas.

Ciertos símbolos aparecen en las paredes de los templos de varios lugares de la antigua ciudad de Dūr-Šarrukīn, donde hoy se encuentra Khorsabad (Irak). En el momento de su creación, la ciudad estaba gobernada por Sargón II, que gobernó el reino asirio entre los años 721 y 705 a. C. El rey era ya de mediana edad cuando arrebató el trono (por la fuerza) a su hermano Salmanasar V.

Se le recuerda como un gran rey que fundó la dinastía sargónida, que gobernó el Imperio neoasirio durante otro siglo antes de su caída. Era especialmente aficionado a la construcción de monumentos y mecenas de las artes.

Cuna de la civilización

La región, que abarca el actual Irak, partes de Irán, Turquía y Siria, suele considerarse hoy la “cuna de la civilización”. Es el lugar donde nacieron los primeros imperios, junto con las ciudades e incluso el lenguaje escrito. Fue una zona increíblemente importante durante gran parte de la historia de la humanidad, por lo que la interpretación de los símbolos puede ayudarnos a comprender mejor a los antiguos humanos que vivieron allí.

Los símbolos suelen aparecer en la misma secuencia: un león, un águila, un toro, una higuera y un arado. Fueron grabados y transmitidos al público por primera vez por excavadores franceses que visitaron el lugar a finales del siglo XIX.

Dibujos de los símbolos del águila y el toro registrados por excavadores franceses a finales del siglo XIX. Crédito de imagen: The New York Public Library

Desde su redescubrimiento, muchos investigadores han intentado interpretar su significado. Algunos creen que son como jeroglíficos egipcios, algún tipo de expresión del poder imperial, o incluso que pueden deletrear el nombre del rey.

Una nueva interpretación

Ahora, un asiriólogo del Trinity College Dublin ha propuesto una nueva explicación: los símbolos pueden deletrear el nombre de Sargón (šargīnu), al tiempo que representan constelaciones específicas.

El Dr. Martin Worthington dijo en un comunicado:

“El estudio de las lenguas y culturas antiguas está lleno de enigmas de todas las formas y tamaños, pero en el Próximo Oriente Antiguo no es frecuente encontrarse con símbolos misteriosos en la pared de un templo”.

Reconstrucción de una figura del rey Sargón II. Crédito de imagen: The New York Public Library

Según Worthington, los símbolos también pueden entenderse como una constelación. Por ejemplo, el león representa a “Leo”, y el águila a “Aquilla”.

Muchas de nuestras constelaciones actuales fueron heredadas de los griegos, que a su vez heredaron las de Mesopotamia, por lo que hoy las reconoceríamos. Sin embargo, hemos dejado de lado otras, como la “mandíbula”, que Worthington cree que se representaba con el símbolo de la higuera. Esto, argumenta, proviene de la creencia de que la palabra para “árbol” – iṣu – suena similar a la de mandíbula – isu.

Worthington agregó:

“El efecto de los cinco símbolos era colocar el nombre de Sargón en los cielos para toda la eternidad, una forma inteligente de hacer inmortal el nombre del rey. Y, por supuesto, la idea de individuos ampulosos escribiendo su nombre en edificios no es exclusiva de la antigua Asiria…”.

Con todo, Worthington es consciente de que su idea no está grabada en piedra, por así decirlo.

Dibujo de la higuera y el arado tal y como los registraron los excavadores franceses a finales del siglo XIX. Crédito de imagen: The New York Public Library

Worthington explica:

“No puedo probar mi teoría, pero el hecho de que funcione tanto para la secuencia de cinco símbolos como para la de tres, y que los símbolos también puedan entenderse como constelaciones culturalmente apropiadas, me parece muy sugerente. Las probabilidades de que todo sea casualidad son -perdón por el juego de palabras- astronómicas”.

Aunque las civilizaciones mesopotámicas son parte de nuestro remoto pasado, aún se las considera de gran importancia para nuestra comprensión de muchos aspectos de la historia humana. Esta es la razón por la que expertos como Worthington todavía hoy dedican tanto tiempo a comprender cómo vivían, pensaban y gobernaban.

Los hallazgos de la investigación han sido publicados en el Bulletin of the American Society of Overseas Research.

[H/T: tcd.ie]

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