¿Cómo consiguieron los humanos mover bloques de toneladas de peso al construir las pirámides? Esa y otras preguntas ha llevado a cuestionarnos sobre la existencia de gigantes en el Antiguo Egipto.
La historia ha llevado a pensar muchas veces que los gobernantes de la antigua Kemet no eran humanos comunes.
Cráneos alargados, otros descritos como seres casi espirituales y, otros, como gigantes. Y para apoyar esta teoría está una de las leyendas que relata como las Pirámides de Guiza se construyeron a manos de una raza de gigantes.
Esta teoría se compartió durante una conferencia llamada «La Atlántida y los dioses de la antigüedad» por el ocultista y masón, Manly P. Hall.
Hall declaró que en el año 820 d.C., la Gran Pirámide de Giza fue abierta por El-Rashid Al-Ma’mun, descendiente del gran El-Rashid de las Noches de Arabia.
Se le había dicho que esta fue construida por unos gigantes conocidos como Sheddai y que en el interior de las mismas aguardaba un tesoro más allá del conocimiento humano.
Aunque es cierto que en el año 832 d. C. Al-Ma’mun viajó a Egipto y fue el primero que exploró la Gran Pirámide en una época donde seguía cubierta de piedra caliza blanca, quienes son los Sheddai es un misterio que continúa presente.
Algunos dicen que eran los seguidores de Horus, otros al Rey de Ad, quien se decía era quien gobernaba la ciudad perdida de Iram de los Pilares. Un relato mencionado en el sura 89 del Corán, donde se le menciona como un gigante.
Las monumentales construcciones en Egipto y su relación con los gigantes
El Libro de las Maravillas es una compilación árabe de las tradiciones antiguas en Egipto y el mundo prediluviano.
Aquí se dice que la gente de ‘Ad eran gigantes, por lo que Shaddad podría ser uno de ellos. Se dice que construyó los monumentos en Dahshur con las piedras que se tallaron en la época de su padre.
Antes de eso, el gigante Harjit fue quién comenzó la construcción. Tiempo previo, otro gigante llamado Qofṭarīm, colocó los «secretos en las pirámides de Dahshur y otras pirámides como se había hecho en el pasado». También fue él quien fundó la ciudad de Dendera.
El texto también menciona que la ciudad de Menfis fue construida por un grupo de gigantes que vivieron después del Gran Diluvio y sirvieron al rey Misraim, quien también era conocido como gigante.
El culto a Horus
Se cree que los seguidores de Horus, quienes pudieron haber creado el montículo principal de Giza mucho antes que los faraones, eran gigantes.
Esto se cree porque al final del IV milenio a. C., aquellos llamados Discípulos de Horus eran una aristocracia de mucho poder que gobernó Egipto.
La teoría sobre su existencia es apoyada por el hallazgo de tumbas predinásticas al norte del Alto Egipto. De los restos encontrados destacan cráneos y construcciones mucho más grandes que el resto. La diferencia es tal que se descarta cualquier tipo de cepa racial común.
De hecho, el profesor Walter B. Emery, egiptólogo que exploró Saqqara en los años 30, descubrió los restos predinásticos.
Emery descubrió que los restos anormalmente grandes pertenecieron a personas de cabello rubio y una complexión mucho más robusta. Dijo que la cepa no era originaria de Egipto, pero que fue muy importante en su gobierno.
Descubrió que este grupo solo se mezclaba con otras aristocracias igual de importantes y se creía que eran parte de los Seguidores de Horus.
El rey de 2.5 metros de altura
Khasekhemui fue el último gobernante de la Segunda Dinastía de Egipto, con su epicentro cerca de Abydos. Estuvo presente en la construcción de Hierakonpolis, capital predinástica.
Fue enterrado en la necrópolis de Umm el-Qa’ab. Su tumba de piedra caliza fue investigada en el año 2001, sorprendiendo a los expertos por la calidad de la construcción en comparación a la pirámide escalonada de Djoser en Saqqara, la cual se fechó a comienzos de la tercera dinastía.
Los restos de Khasekhemui nunca se encontraron, por lo que se cree que fue saqueado mucho tiempo antes.
Flinders Petrie, quien fue el primero en excavar el lugar, encontró evidencia del Siglo III a. C., de que el faraón casi alcanzaba los 2.5 metros de altura.
Representación de un gigante en Saqqara
La tercera dinastía fue la responsable de la construcción de la Pirámide Escalonada de Saqqara, construida con otros templos en el complejo.
Djoser, quién fue el encargado de enterrar a Khasekhemui, del quién se sospecha que fue su hijo, gobernó Saqqara durante la construcción de la pirámide.
Dentro de este complejo se consiguió fotografiar una pintura de un gigante que, claramente, parecía tener el cráneo alargado.
Sin embargo, esto podría ser una representación de los esqueletos que fueron excavados en los años 30 de los individuos con los cráneos y complexiones grandes.
El Templo de Isis
En 1895 y 1896, los diarios del mundo publicaron una extraña historia sobre una fotografía del Templo de Isis.
La primera vez que apareció el artículo fue en el Cinturón de Plata de Arizona con el título «Gigantes egipcios prehistóricos».
El artículo decía lo siguiente:
“En 1881, cuando el profesor Timmerman se dedicó a explorar las ruinas de un antiguo templo de Isis a orillas del Nilo, 16 millas debajo de Najar Djfard, abrió una fila de tumbas en las que se había enterrado alguna raza prehistórica de gigantes.
El esqueleto más pequeño de unos 60, que fueron examinados durante la época en que Timmerman estaba excavando en Najar Djfard, medía siete pies y ocho pulgadas de longitud y el más grande once pies y una pulgada.
Las lápidas fueron descubiertas en gran número, pero no había ningún registro que incluso insinuara que estaban en la memoria de hombres de tamaño extraordinario. Se cree que las tumbas datan del año 1043 a.C.“
Dedo momificado gigante
De acuerdo al diario alemán BILD.de, Gregor Spörri, un millonario, dueño de un club nocturno suizo, tomó varias fotos de un dedo gigante momificado a finales de los 80.
El propietario era un ladrón de tumbas retirado que vivía en Bir Hooker, cerca de Sadat City. A unos 100 kilómetros de El Cairo.
El dedo medía 35 centímetros de largo, por lo que perteneció a alguien que, fácilmente, superaba los 4 metros de altura.
Sin embargo, este hallazgo apenas se dio a conocer en el 2012, 24 años después y, desde ese momento, no se ha oficializado.
Según declaró Spörri, el dedo fue encontrado hace uno 150 años y había estado en la familia del propietario, quien se tomó la molestia de radiografiar el dedo para confirmar que era real.
Nunca se dijo el lugar exacto en donde se encontró, pero el propietario mencionó una habitación oculta dentro de la Gran Pirámide, donde hay supuestas tumbas enormes, todas vacías.
El Cementerio del Millón de Momias y el esqueleto de más de 2 metros
Fag el-Gamous es un cementerio cercano a una pirámide se ha sido explorado por arqueólogos de la Universidad de Brigham Young durante los últimos 30 años.
Se han encontrado una gran cantidad de momias, especialmente del Imperio Romano o Bizantino que gobierno Egipto desde el siglo I al VII d. C.
Sin embargo, la pirámide puede ser del año 2500 a. C., época en la que se construyeron las demás.
La cantidad de entierros en un lugar tan pequeño ha generado muchas interrogantes, especialmente porque la pirámide es más antigua que el cementerio.
Quienes eran y por qué acabaron enterrados ahí sigue siendo un misterio y ha llevado a varias hipótesis. De igual forma es imposible investigar más ya que a los arqueólogos que estaban trabajando en ella se les revocó la licencia sin razón aparente.
Muchos aseguran que la excavación se detuvo por que habían descubierto el cuerpo de un gigante y estaban revelando información.
Gigantes en el arte egipcio
El arte egipcio tiene muchas referencias de su día a día; desde guerras hasta simples comidas familiares. Por eso no es de extrañar que si representaron gigantes en ellas, es porque convivían con ellos.
Además del arte, de acuerdo a varios investigadores, los ataúdes gigantes son la prueba más fehaciente de su existencia.
En el Serepeum Saqqara existen 25 ataúdes hechos de granito y diorita que pesan hasta 70 toneladas cada uno y en ellos se sellaron toros de Apis momificados como parte de algún culto antiguo.
Esto ha llevado a especular que estos ataúdes pertenecieron a gigantes. Así mismo se encontró otro enorme sarcófago, que se encuentra bajo la meseta de Giza, en un lugar llamado el «pozo de Osiris».
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Se encuentra cubierto parcialmente por el agua y es raramente visitado o fotografiado.
El ataúd de alabaste de Seti I mide 2.84 metros de largo y se encuentra actualmente en el Museo de Soane, en Londres.
Como podemos ver, existe una gran cantidad de evidencia que abala la existencia de gigantes en el Antiguo Egipto, por lo que negarlo es prácticamente un despropósito ¿Por qué se empeña la historia tradicional en hacerlo? No lo sabemos, pero algún interés deben tener para privar a la humanidad de tales conocimientos.
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