Las leyendas sobre mundos subterráneos no son nuevas, pero en Los Andes, poco o nada se sabe sobre ellas. Sin embargo, existe un amplio registro histórico de que bajo esta zona sudamericana hay una red de túneles.
Desde que Helena P. Blavatsky, escritora, teósofista y viajera del siglo XIX, mencionó tener en su posición los planos exactos de un túnel subterráneo que conectaba Cusco con el lago Titicaca y que en su interior se guardan secretos y tesoros únicos, la leyenda de un mundo subterráneo en Los Andes ha comenzado a divulgarse.
Muchos historiadores e investigadores alternativos han comenzado a investigar sobre el tema, dándose cuenta así que existen mucho más registros que sugieren su existencia de lo que se creía.
La Leyenda de los túneles de Cusco
De acuerdo al relato de Katari que, entre otros, mencionó a los conquistadores la existencia de «hombres poderosos» que eran sumamente altos, rubios y de ojos azules que venían desde «muy lejos», uno de los primeros registros de gigantes con la capacidad de dominar los elementos en los Andes.
Pero Katari también menciona a un «señor muy poderoso» llamado Huyustus, que vivía en la meseta del Collao, el altiplano del Lago Titicaca.
Este hombre que llegó desde tierras lejanas fue el responsable de crear grandes fortificaciones que se conocieron como «pukaras» que coronaban la cordillera.
Antes de su fallecimiento, Huyustus dividió su reino entre cuatro hijos, una historia que nos recuerda encarecidamente a la de los Hermanos Ayar.
Es exactamente Ayar Manco, uno de los hermanos, el responsable de fundar el Imperio Inca después de escapar de una caverna en el cerro Tamputoco, en Cusco.
Entonces, la leyenda nos dice que uno de los hijos de Huyustus había, literalmente, salido del mundo subterráneo.
Esta leyenda es confirmada en 1845 por el Conde de Castelnau, durante una expedición ordenada por el gobierno francés para explorar Tiahuanaco.
Esta ciudad fue atacada por otras tribus nacientes en el altiplano del Collao, lo que significó un peligro, tanto para los Sacerdotes Científicos de la «Ciudad Eterna», como para los tesoros que resguardaban, incluyendo al Disco de Oro, el cual estaba fabricado, realmente, por una misteriosa aleación de metales desconocidos y que medía unos tres metros de diámetros. Disco que había sido una herencia de los fundadores del Shambhala.
Así, Ayar Manco habría huido de los ataques a través de un túnel subterráneo, lugar donde guardó los tesoros protegidos y que lo llevaría desde la Isla del Sol hasta Cusco, donde fundaría, posteriormente, el Imperio Inca.
Registros históricos de los túneles
Además de las leyendas conocidas, existen varios registros de cronistas provenientes de la conquista.
Bernabé Cobo, en su libro «Historias del Nuevo Mundo», habla de Juan Vargas, un hombre que encontró en las ruinas de Tiahuanaco los restos de un gigante fallecido en batalla.
Garcilaso de la Vega también insiste en la existencia de laberintos subterráneos previos al Imperio Inca.
Cristóbal de Molina, en 1638, también hace mención a Ayar Manco y su recorrido desde la Isla del Sol hasta Cusco a través de túneles subterráneos.
Los tres mundos incas
En la mitología Inca existe la creencia de que el Mundo está dividido en 3: Uku Pacha, Kay Pacha y Hanan Pacha, lo que significaría en español; «El Mundo de Abajo, el Mundo de Aquí y el Mundo de Arriba».
A pesar de que existen muchas interpretaciones sobre estos conceptos, es obvio el señalamiento a la existencia de un mundo subterráneo, un mundo en la superficie y un mundo en los cielos.
Los Incas mencionan unos túneles conocidos como «El Gran Laberinto» que, según expediciones arqueológicas, existe. Este conduce hasta el Uka Pacha, lugar donde vivían sus ancestros; los poderosos seres que les mostraron, entre muchas otras cosas, la manera de construir fortalezas sobre las montañas andinas.
La misteriosa Zona X
La conocida «Zona X» es, probablemente, el lugar más emblemático de Cusco cuando se habla de un posible mundo subterráneo, ya que podría estar una de las entradas al reino oculto bajo la superficie.
Se le conoce como Zona X debido a que, desde las alturas, toda la red de cavernas toma una forma similar a la letra, como si se tratase de una marca hecha desde los cielos.
Este sector prácticamente virgen se ha ido convirtiendo en uno de los atractivos turísticos más importantes debido a la inmensa cantidad de fenómenos extraños que suceden.
Uno de las historias más llamativas son las extrañas «desapariciones» de visitantes dentro de estas cuevas, las cuales ven su camino interior interrumpido, en muchas ocasiones, por inmensas rocas.
Todo el conjunto es una invitación a pensar que esta zona podría albergar una de las entradas a aquel recinto mágico bajo la Tierra, aunque tal entrada puede, incluso, que no sea física, sino interdimensional.
Esta idea nace de los propios chamanes cusqueños quienes, en ocasiones, se ven tentados a usar hongos o bebidas alucinógenas para alcanzar un estado astral que les permita ingresar al mundo subterráneo.
Esto lo hacen para poder recibir la sabiduría de los Maestros del Cielo del Mundo Subterráneo.
Sea ficción, simple mitología o no, en las leyendas andinas también podemos encontrar otras referencias a la existencia de mundos subterráneos, como en muchas otras culturas. Esto nos lleva a pensar que es cada vez más difícil negar que, en el interior de nuestro planeta, exista todo un «mundo» sin conocer.
Pueden ver el siguiente VÍDEO, donde se brindan interesantes y adicionales datos sobre túneles subterráneos que conectarían el planeta entero.
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