Caso de Thomas Johnson, desaparecido en 1912 por un misterioso portal en un lago de Nueva York. Apareció 58 años después sin haber envejecido.

Según reportes, Thomas Johnson tenía 10 años cuando desapareció luego de acercarse a una especie de vórtice o remolino en un lago de Nueva York. Este caso se ha relacionado al encuentro con un portal que le permitió viajar en el tiempo.

Thomas vivía con sus padres en una granja de Nueva York. El hecho habría ocurrido en julio de 1912, un día que jugaba con otros niños cerca de un lago artificial de la zona.

Thomas Johnson y su entrada a un portal

Crédito: Sir_Fomi / Pixabay

Ese lago artificial era escenario de fenómenos paranormales o misteriosos, como esas formaciones de remolinos o las desapariciones de animales de granja.

De acuerdo a los testimonios, en la superficie del agua lacustre se formaba periódicamente un vórtice que absorbía objetos y cuerpos de animales y personas. Ese día, Thomas y sus amigos observaron ese tipo de portal interdimensional.

Thomas se acercó demasiado, por lo que fue absorbido. Sus amigos se aterrorizaron porque fue succionado por el agua, así que corrieron hacia el padre de Thomas, para avisarle. El padre, al dirigirse hacia el lago, ya no vio rastro de él. Las autoridades fueron notificadas e iniciaron la búsqueda, pero fue infructuosa. Su cuerpo nunca fue hallado.

Regreso de un Thomas de 15 años, casi 60 años después

Foto de un niño vinculado al caso. Cortesía: paraloscuriosos.com

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El padre de Thomas siempre estuvo afectado emocionalmente por la desaparición de su hijo y la incertidumbre que eso genera. No obstante, en 1970, a 58 años del incidente, el papá de Thomas, ahora con 91 años, estaba caminando a orillas del lago, cuando, repentinamente, observa la generación del insólito vórtice sobre las aguas.

Lo impactante fue ver emerger de regreso a Thomas, quien salió hacia la superficie en un estado de confusión mental. El niño ahora tenía 15 años. Para el niño sólo habían pasado 5 años, mientras que su progenitor había envejecido por 58 años.

Thomas no lo reconoció ya anciano, pero al recuperarse y conversar con él se dio cuenta que era su progenitor. Las autoridades investigaron al adolescente y de hecho tomaron sus huellas dactilares para confirmar su identidad. Las huellas coincidieron, sorprendiendo a todos.

Lago Cranberry en Nueva York. Crédito: Mwanner / Wikimedia Commons

Thomas se portó muy hermético sobre su presunto viaje en el tiempo y se reportó que ambos, padre e hijo, se cambiaron sus nombres y de ciudad para evitar la mirada pública.

Esa es la historia, una leyenda urbana hasta el día de hoy. No hay más detalles sobre su viaje interdimensional o viaje en el tiempo a través de ese enigmático portal ubicado en Nueva York. El caso está inconcluso, ya que no se han encontrado las primeras fuentes, de revistas o periódicos neoyorkinos. Tampoco se ha vuelto a localizar a Thomas Johnson.

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