Una pregunta que se ha mantenido desde hace décadas es si el antiguo Egipto fue un lugar donde se estableció un contacto alienígena con seres venidos del cielo.

Desde hace cierto tiempo, entre la comunidad de científicos que se dedican al estudio del antiguo Egipto, surgió una interrogante en relación al origen de la humanidad.

¿Fueron los faraones de egipcio híbridos extraterrestres? se preguntan algunos con suma frecuencia; ¿es posible que los seres humanos no sean originarios de la Tierra como algunos sugieren? se consultan otros tantos.

En ese contexto cargado de incertidumbres, dudas y enigmas, existe una amplia masa de la sociedad que entiende que Egipto está lleno de misterios.

La construcción de la gran pirámide o la antigua mitología genera situaciones que desconciertan a los eruditos, teniendo en cuenta que estaban muy adelantados a su época. Y Akenatón parece ser al que todos apuntan, de cara a estudios que generan controversia.

El misterioso Akenatón

Akenatón era distinto a todos los faraones que hasta hasta el momento se detectaron. Tenía ojos grandes muy alargados, un vientre muy abultado, pechos deformados como si fueran de una mujer; brazos muy largos y, lo más sorprendente, lucía un cráneo sospechosamente alargado.

Si bien se sabe fehacientemente que existieron otras civilizaciones humanas que visitaron la Tierra en la antigüedad, hasta la actualidad no se conoce ninguna que fuera de cráneos alargados.

Asimismo, al extraño joven lo apodaron el «faraón rebelde» por los grandes cambios religiosos que impulsó. Es que Akenatón decidió que se dejara el culto a los varios dioses que había y que se adorara a un único dios, el dios Atón.

Tanto el extraño monarca como Nefertiti se proclamaron representantes absolutos del dios Sol de todo el planeta. Su símbolo era un disco solar con unos rayos que acogían a todo lo que había a su alrededor, que podría representar una nave extraterrestre.

Tan fuerte era el culto de Akenatón, que mandó a construir la nueva capital llamada Ajetatón, una ciudad en la cual estaba hecha de múltiples patios y jardines adorando al dios Sol. Sigamos ahora con otra personalidad egipcia.

¿Era Imhotep un extraterrestre o humano?

Si bien esto puede parecer una pregunta divertida al principio, en realidad trae algunos puntos muy buenos sobre Imhotep que mucha gente no conoce. Y algunos de esos puntos lo hacen parecer casi divino o de otro mundo de alguna manera.

Para empezar, para aquellos que no saben quién era Imhotep, él era básicamente la mano derecha del antiguo faraón egipcio llamado Djoser, quien fundó la Tercera Dinastía de Egipto y comenzó lo que hoy llamamos la era del Reino Antiguo en la antigüedad.

Como visir y arquitecto jefe de Djoser, Imhotep desempeñó un papel extraordinariamente importante no solo para el reinado y legado de Djoser, sino también para la dirección futura de los grandes proyectos de construcción egipcios.

Imhotep era tan importante para Djoser y Egipto en el momento que merecía menciones por su nombre en las estatuas del faraón y en los manuscritos de papiro que registraban la historia y las leyendas egipcias.

Y fue a partir de algunas de estas menciones de Imhotep, incluidas las historias de él posiblemente descendiendo de dioses como los faraones y también de él luchando contra los enemigos de Egipto con poderes sobrehumanos, que algunos comenzaron a ver su origen y presencia como «de otro mundo».

Cuando los antiguos griegos llegaron a Egipto, mucho tiempo después de la época de Djoser e Imhotep, vieron los relatos históricos de Imhotep como algo extraordinario y lo elevaron al estado de dios en sus propias relatos traducidos de la historia egipcia.

Ahora, estudiosos del fenómeno OVNI y amantes de la conspiración aseguran que existe un vínculo innegable entre el antiguo imperio egipcio y los extraterrestres.

A continuación, un interesante vídeo de nuestro compañero Fran Pérez, con más información sobre estos dos personajes.

Tenemos algo para decirte: Visítanos en Facebook. Únete a la discusión en nuestra comunidad en Telegram. Y si te es posible, apoya nuestro trabajo invitándonos un café. ¡Te lo agradecemos!