Una falla ubicada en California, EE.UU. y capaz de producir terremotos devastadores de hasta magnitud 8 se ha movido por primera vez en el registro.
En un nuevo estudio publicado el último jueves en la revista Science, un equipo de científicos de Caltech junto con el Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA descubrieron que una parte de la falla Garlock de 257 kilómetros de largo, que se extiende en el extremo norte del desierto de Mojave, cambió después de una secuencia de terremotos en el área cercana de Ridgecrest en California lo perturbó. Según los científicos, la falla de Garlock se ha deslizado dos centímetros en la superficie desde julio.
La falla de Garlock se encuentra en una ubicación precaria que lo hace capaz de producir terremotos de magnitud 8. Si Garlock comienza a temblar, podría sacudir las regiones cercanas de petróleo y agricultura en California, así como las bases militares, señala el Los Angeles Times.
Los investigadores utilizaron datos de sismómetros y observaciones satelitales para documentar la secuencia del terremoto y la fluencia de la falla de Garlock. El abultamiento en la tierra causado por la falla era visible desde el espacio.
Zachary Ross, autor principal del estudio y profesor asistente de geofísica en Caltech, dijo en un comunicado:
Esto es sorprendente, porque nunca hemos visto que la falla de Garlock haga algo. Aquí, de repente, cambió su comportamiento. No sabemos lo que significa”.
El hallazgo descarta aún más el mito de que terremotos más pequeños evitan que ocurra el Big One. De hecho, respalda la conclusión opuesta: que los terremotos localizados pueden interrumpir las fallas, creando un mayor riesgo de terremotos más grandes a lo largo de ellas.
Un terremoto que golpea 8 en la escala de Richter podría ser catastrófico. El terremoto de 1985 que devastó la Ciudad de México fue un 8 y causó una destrucción generalizada. Pero reunir más información sobre cómo y por qué ocurren los grandes terremotos podría ayudar a predecir el próximo antes de que ocurra.
El estudio científico ha sido publicado en la revista Science.
Fuente: Vice / Los Angeles Times / JPL
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