Sin duda alguna, una de las noticias relacionadas al tema extraterrestre y  que causó más asombro en el 2017 fue: ‘Oumuamua, el objeto interestelar con forma de cigarro que «cayó» en nuestro sistema solar para luego alejarse en un órbita hasta ahora desconocida; y del cual se pensó que podría ser una nave extraterrestre a la deriva. Ahora, un científico ha determinado, en base a simulaciones, de dónde provendría este gigantesco objeto espacial.

Al reconstruir, en base a simulaciones, el movimiento del objeto, una investigación ha sugerido que probablemente proviene del grupo de estrellas móviles Pléyades. Se ha sugerido que probablemente fue expulsado de su sistema solar y enviado a viajar al espacio interestelar.

Basándose en la trayectoria de ‘Oumuamua y comparaciones con movimientos de estrellas cercanas, los investigadores Fabo Feng y Hugh R. A. Jones, de la University of Hertfordshire, lograron simular cómo probablemente ha viajado a través de la galaxia. Determinaron que el objeto atravesó 109 estrellas en una distancia de 16 años luz.

También se determinó que es probable que cuando ‘Oumuamua fue expulsado por primera vez al espacio, viajó a una velocidad justa para separarse de la gravedad de su planeta o estrella de origen, en lugar de hacerlo a una velocidad mucho más rápida que requeriría aún más energía. Esto indica que el objeto probablemente se movió con relativa lentitud al comienzo de su viaje interestelar, por lo que sus encuentros lentos con estas cinco estrellas sugieren que fue expulsado de uno de los grupos.

Aquí podemos ver una simulación del viaje de ‘Oumuamua a través del espacio. Crédito: Fabo Feng

Los investigadores se preguntaron: ¿cuando ‘Oumuamua fue expulsado de su ‘hogar’?

Se  determinó que ‘Oumuamua se mueve muy lentamente en comparación con el movimiento promedio del resto de la galaxia. Esto sugirió que viajado en el espacio interestelar durante un tiempo relativamente corto y no ha tenido la oportunidad de encontrar muchos objetos masivos que lo aceleren.

Además, los investigadores sugieren que la explicación al color rojizo de su superficie se debe a la protección del campo magnético de una estrella. Esto se puede explicar tomando como ejemplo a los objetos en el espacio que son bombardeados con rayos cósmicos, polvo interestelar y gas que gradualmente alteran sus superficies y los vuelven de color rojo. Sin embargo ‘Oumuamua tiene un color más neutro, lo que sugiere que solo ha sido afectado por los rayos cósmicos durante, como máximo, cientos de millones de años en lugar de los miles de millones de años que nuestro sistema solar ha existido.

Los investigadores también han determinado que la forma alargada o de «cigarro» de ‘Oumuamua – una forma bastante diferente de otros objetos del sistema solar – puede deberse a un proceso de alta energía, como, posiblemente, una colisión o por haber sido expulsado de una estrella en formación. Además, tomando en cuenta que ‘Oumuamua está compuesto de hielo y roca, es probable que provenga de un cinturón de asteroides, similar al existente entre Marte y Júpiter, y posiblemente en la parte media de un sistema solar distante y desconocido.

Los análisis ponen como la posibilidad más plausible que ‘Oumuamua haya sido expulsado de un sistema estelar binario muy separado formado por dos estrellas que orbitan estrechamente entre sí. Los objetos que orbitan alrededor de una de las estrellas en un sistema binario se verían fuertemente afectados por la gravedad del otro y, por lo tanto, podrían ser expulsados más fácilmente del sistema que si solo tuviera una estrella.

Feng considera que es posible que existan más de 46 millones de objetos interestelares que cruzan el sistema solar cada año; y la mayoría de ellos cruza demasiado lejos para poder ser observados. Sin embargo, los nuevos telescopios pronto nos darán una mejor y más cercana vista de estos mensajeros interestelares.

El estudiar objetos como ‘Oumuamua proporcionará información útil sobre cómo se formaron las estrellas y los planetas, y también puede permitirnos saber si algún día estos gigantescos visitantes podrían colisionar con la Tierra.

Esta investigación ha sido realizada por los investigadores Fabo Feng y Hugh R. A. Jones; y ha sido publicada en arXiv.org