Por CodigoOculto.com La NASA, utilizando el observatorio de Rayos X Chandra, ha observado a detalle uno de los lugares más famosos y estudiados de la Vía Láctea: Los restos de una estrella que explotó, Cassiopeia A. Y ha revelado los elementos que quedan en los remanentes de la estrella.
Ahora los investigadores han podido determinar dónde se encuentran esos elementos en la estructura 3D de la supernova, cuánto de ellos hay son, y hasta qué punto han sido volados en el espacio. Lograron esto aislando los rayos X producidos por los elementos silicio, azufre, calcio y hierro, así como la onda expansiva de la explosión.
Cassiopeia A, se ubica a unos 11,000 años luz de distancia dentro de la Vía Láctea en la constelación norteña de Cassiopeia. Se trata de un objeto de estudio único y fabuloso. Esto se debe a que explotó recientemente (tiempo cósmico), probablemente cerca del año 1680.
Los investigadores han aprovechado su cercanía y el poco tiempo transcurrido desde su estallido, para descubrir cómo las estrellas ayudan a producir y difundir elementos comunes en todo el Universo, así como a proporcionar pistas sobre lo que realmente sucede cuando una estrella explota.
Según los datos de Chandra, la estrella al explotar lanzó 10.000 masas (equivalente a la Tierra) de azufre; 20,000 masas de silicio; 70,000 masas de hierro; y 1 millón de masas de oxígeno. Esto se logró mostrar en esta nueva imagen debido a que ocurrió en un rango demasiado amplio del espectro de rayos X y no se pudo aislar como los otros elementos.
Investigaciones previas también han encontrado nitrógeno, carbono , hidrógeno y fósforo. Combinado con el oxígeno y los elementos que Chandra ha aislado, todos los elementos necesarios para hacer que el ADN sea lanzado al espacio en Cassiopeia A.
Todo el oxígeno en nuestro Sistema Solar habría provenido de explosiones como la que produjo Casiopea A, al igual que la mitad del calcio y el 40 por ciento del hierro. El resto vendría de explosiones estelares más pequeñas, porque las estrellas son la única fragua que puede crear estos elementos.
Dentro del remanente hay una estrella de neutrones, los restos de la estrella que explotó en el siglo XVII. Según los astrónomos, esta habría sido mucho más grande, una supergigante roja de 16 veces la masa del Sol.
Como la nucleosíntesis fusionó los elementos más ligeros con los más pesados, la presión de radiación ya no era suficiente para mantener intacta la capa exterior de la estrella. Los vientos estelares expulsaron el material externo del gigante, dejando atrás una estrella de solo cinco veces la masa del Sol.
El resto de la estrella luego colapsó bajo la masiva atracción gravitacional del núcleo, enviando una onda de choque y masas de material al espacio circundante.
Hoy, el remanente mide aproximadamente 10 años luz de ancho, y se está expandiendo a una velocidad de 4.000 a 6.000 kilómetros por segundo (2.485 a 3.728 millas por segundo), tan rápido que podemos rastrear los cambios en su tamaño y estructura a medida que pasan los años.
De acuerdo a los investigadores, continuará expandiéndose durante miles de años.
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