Según la historia convencional, hace más de 1 millón de años apareció, en lo que hoy es el Continente Africano, el ser humano. Hace 60 mil años se desplegó hacia Europa, Asia y Australia. Durante miles de años no superamos apenas los 10 millones de habitantes en la Tierra. Luego, fuimos creciendo poco a poco, como cualquier especie del reino animal hasta hace alrededor de 300 años…
El ser humano ante la inmensidad
Para el año 1700 de la era cristiana existían 600 millones de humanos en todo el planeta. En la actualidad, superamos con creces los ¡7 mil millones de habitantes!, a diferencia de las otras especies con vida en la Tierra. ¿Qué hizo esto posible?… ¿Cómo pudimos traspasar los límites naturales del control del crecimiento poblacional? ¿Qué nos hizo diferentes a las otras especies vivientes?…
Para toda pregunta relacionada al crecimiento humano, existen respuestas, una de ellas es que el advenimiento de la agricultura permitió salir de la era de la cacería, la recolección de víveres y el ser humano pudo habitar en sitios distintos a los cotos de caza, y evitar o correr menos riesgos en la consecución de los alimentos. Otro elemento que ayudó al crecimiento poblacional fue el desarrollo de la tecnología y la ciencia que impulso la revolución agrícola. El ser humano pudo crear sus propios ecosistemas, y aumentar considerablemente la despensa de la humanidad.
Con la agricultura nos acercamos a Dios
Dicho de otra forma, existen más de 7 millardos de personas porque se pueden alimentar, aunque no desconocemos que existe una parte que sufre hambre.
Poco más tarde se produce la Revolución Industrial que aceleró e incremento la producción de alimentos y abrió las puertas al transporte de las provisiones. A partir de ese entonces se pudo vivir en cualquier lugar del planeta. No hizo falta vivir al lado del rio o del sitio donde se producían los alimentos. Puedes vivir en cualquier parte si llega el tren, el buque, el avión o si tiene carretera de acceso.
En la segunda parte del siglo 20 se produce la Revolución Verde que estimula aún más la producción agrícola. La población animal está limitada por la disposición de alimentos, así como también a las leyes de la cadena alimenticia. El alimento de algunas especies son otras formas de vida, y así sucesivamente. Existen otros controles naturales de las poblaciones animales como las enfermedades, y la defensa territorial.
La revolución verde aumento el crecimiento
Por el contrario, pareciera que la humanidad ha encontrado fórmulas para evitar un límite poblacional. La ciencia logró hasta el presente detener epidemias como la peste o la viruela, además de controlar otras enfermedades como la polio, las infecciones bacteriales y contener los padecimientos virales. También, ha logrado prolongar la vida de los seres humanos.
En el presente, es una realidad que hay más vida humana que antes. La humanidad se encuentra en expansión al igual que el Universo… y quizás lo más importante no lo percibimos, nos acercamos a la Conciencia Universal. En cada parte del Universo existe vida, sea atómica, vegetal, animal. Para nosotros, el movimiento es vida y todo en el Universo se mueve, todo está vivo.
Concebimos a Dios como algo más que todo lo que contiene el Universo, porque Dios es el Universo pero con conciencia propia. Cuando hablamos de una Conciencia Universal nos referimos a la Presencia, a la Divina Providencia, o si lo prefiere, a Dios.
El Universo infinito y omnipresente
¿Qué diferencia entonces a los seres humanos de los otros seres vivos? ¿Por qué pudimos detener enfermedades, crear vidas clonadas, descifrar el ADN en buena medida, aumentar el tiempo de vida?…
Pues, precisamente porque los seres humanos alcanzamos tocar intuitivamente –de alguna manera u otra- la Conciencia Universal. Así, comenzamos a pensar y a interpretar códigos y leyes de lo que sería o podríamos llamar el ADN del Universo.
¿Existe un ADN universal?
Empezamos a razonar y a contactar los conocimientos del Universo de la misma manera que una célula humana posee todo el conocimiento del ser del cual forma parte, y puede replicarlo en una clonación porque lleva dentro de sí las claves de la existencia del cuerpo humano que ayuda a conformar.
Por alguna razón, la Presencia o Divina Providencia, o Dios nos ha permitido acceder a la Conciencia Universal, a su propia conciencia, primero sembrando esa especie de código genético de búsqueda de Dios que nos hace instintivamente reconocer que existe esa conciencia. No importa cuán primitivo fue el ser humano, pero desde su aparición presintió algo inmanente, algo que lo trascendía como ser, señales que le indicaban cómo actuar más allá de los instintos. Algo que le facultaba para hablar, conversar con Él, con Dios. Chispas de pensamientos, de intuiciones que lo llevaron a usar el fuego, a inventar herramientas, y a concebir desde la rueda hasta las más novedosas invenciones. El empalme con la Conciencia Universal nos ha llevado a concebir lo inimaginable e imaginar, idear o si se quiere, a fantasear con la inmortalidad que hoy la ciencia ya no niega y se atreve a vislumbrar.
¿La humanidad camina hacia un Dios Universal?
Definitivamente nos estamos acercando al Dios Universal, es decir al Universo con su Conciencia Eterna y Omnipotente… a Dios.
Extraído de: diosuniversal.com
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