De acuerdo a estudiosos de la antigüedad, existiría un lenguaje (ahora olvidado) para comunicarse con los ángeles, y le llamaron: enoquiano.

¿Sería posible que existieran otros planos con seres que habitaran ellos? Y si esto fuera así, ¿podría establecerse comunicación con ellos? ¿Existen personas capaces de contactar con seres o entidades de otros planos?

Esto es precisamente lo que han manifestado algunos ocultistas a lo largo de la historia y aunque en última instancia, no podemos saberlo con certeza existen algunas informaciones en las que merece la pena adentrarse.

Este es el caso del supuesto lenguaje perdido de los ángeles que fue recopilado por los ocultistas John Dee y Edward Kelley en el s. XVI quienes le dieron el nombre de «Enochiano» (o Enoquiano) dado que según indicaron, el idioma les fue transmitido por parte de ángeles a los que ellos llamaban ángeles enochianos y el patriarca bíblico Enoc fue el último hombre que pudo hablarlo.

Retrato de John Dee.

Pero… ¿cómo obtuvieron esta intrigante información? Indicaron que realizaron prácticas relacionadas con el mundo de la videncia y del espiritismo, empleando técnicas como la cristaloscopia, que consiste en fijar la mirada en un objeto hecho de material reflectante, y para ello sobre todo, acostumbraban a utilizar un espejo de obsidiana, de este modo invocando a las entidades, tuvieron revelaciones claras sobre lo que se les transmitía dejando registro de ello en sus diarios.

Según refirieron, obtuvieron un lenguaje con un alfabeto que se componía de 21 símbolos en los que cada uno se correspondía con un fonema, y cuya escritura se realizaba de derecha a izquierda y curiosamente, la mayoría de los sonidos se corresponden con aquellos existentes en la lengua inglesa.

Crédito: Pexels / Pixabay

Lenguaje olvidado en la antigüedad

Pero estas entidades que los videntes identificaban con ángeles, según dejaron anotado, les indicaron más detalles sobre la historia del enochiano por ejemplo, que éste era el idioma con el que Dios creó el mundo y asimismo, el que empleaba Adán para comunicarse con su creador y con sus ángeles pero que, tras la expulsión del Edén y hasta el evento de la confusión de las lenguas de la Torre de Babel, el idioma fue evolucionando gradualmente hasta derivar en lo que finalmente sería el hebreo y siendo escondido deliberadamente por estos ángeles de forma que acabó por perderse para los hombres.

Pero además de todo esto, los ocultistas dijeron haber recibido mayor información adquiriendo complicadas tablas de «letras» enochianas y claves o llamadas capaces de abrir lo que ellos denominaban «las puertas del entendimiento» que serían un total de 49 aunque sólo recibieron 48 de estas invocaciones pues había una que siempre debía de permanecer cerrada.

Las letras Enoquianas se leen de derecha a izquierda. Tienen diferentes formas, cada una tiene su nombre y, en ocasiones, sus equivalentes en inglés. Se muestran tal como aparecen en el diario de John Dee.

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Todo esto, el lenguaje, los ritos, las invocaciones y las claves, hizo surgir una vertiente mágica por la que se interesaron posteriormente algunos de los ocultistas mejor conocidos, como Samuel Liddell MacGregor Mather, fundador de «La Orden Hermética del Alba Dorada» o el controvertido esoterista Aleister Crowley y en algunos círculos hoy en día, continúan realizándose estas prácticas.

Por supuesto, las afirmaciones de Dee y Kelley tienen muchos detractores, como el lingüista y antropólogo Donald Laycock quien estudió el lenguaje indicando que no era consistente y que guardaba sospechosamente más similitudes con el inglés (lengua materna de los ocultistas) que con el hebreo, entre otras cosas.

Quedará entonces a juicio del lector el emitir su propia valoración dado que, en este tipo de asuntos, al final se depende de creer o no lo que refieren los ocultistas en cuestión, aunque imaginar lo que proponen siempre resulta interesante.

Nuestra compañera Sonia Gupta del canal AEnigma, presenta muchos más detalles sobre este lenguaje perdido de los ángeles en el siguiente vídeo:

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